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Un filósofo recibe una ayuda de 1,8 millones de euros de la UE para estudiar el Mediterráneo profundo

Lino Camprubí Bueno, nieto de Gustavo Bueno, es el investigador afortunado.

Lino Camprubí Bueno, nieto de Gustavo Bueno, es el investigador afortunado.
Lino Camprubí | Archivo

No sabemos si una ayuda de 1.8 millones de euros es grande o pequeña en estos menesteres, aunque desde luego, no es menuda. Lo que sí parece mucho más singular es que la Unión Europea, vía su Consejo Europeo de Investigación, ERC en siglas,  haya concedido esta cantidad a un filósofo de la Universidad de Sevilla, Lino Camprubí Bueno.

Exactamente serán 1.853.000 euros los concedidos al investigador Lino Camprubí, del departamento de Filosofía y Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Sevilla, dentro de su programa de ayuda a proyectos de investigación. En concreto, la financiación concedida al profesor de la US se encuadra bajo la denominación Consolidator Grants, el segundo de los tres niveles en que se dividen las subvenciones del ERC. 
 
Según la nota de la propia Universidad, el profesor Camprubí ha sido uno de los 327 elegidos entre las más de 2.500 propuestas presentadas en esta categoría. Las Consolidator Grants son ayudas destinadas a investigadores con entre 7 y 12 años de experiencia investigadora con un proyecto en cualquier área de conocimiento y basado en una institución, pública o privada, de educación superior con sede en alguno de los países miembros de la UE. España, con 22 ayudas, es el quinto país por proyectos seleccionados en esta convocatoria.  
 
En este caso, el proyecto 'DEEPMED: Ciencia y Estrategia en la Historia del Mediterráneo Profundo (1860-2020)', que estudiará la historia del Mediterráneo profundo, es el que pondrá en marcha Lino Camprubí. Se trata de consolidar o no la hipótesis de que ciencia y estrategia se han desarrollado mutuamente, dando lugar a percepciones múltiples y cambiantes del espacio Mediterráneo.  
 
“El Mediterráneo es uno de los espacios más calientes, tanto en el sentido literal del cambio climático como en el geopolítico. Los científicos y los estrategas económicos y militares que se enfrentan a estos retos trabajan en un espacio tridimensional. Buscan yacimientos de gas y petróleo en el subsuelo, instalan detectores de vigilancia anti-submarina, o elaboran mapas de corrientes profundas, claves para diagnosticar y predecir el comportamiento de la temperatura y la biodiversidad”, explica el profesor Camprubí. 
 
Sin embargo, el investigador recuerda que esta realidad tiene apenas 150 años de historia y que su inicio coincide con los descubrimientos de las corrientes profundas y de la vida submarina, ambos ocurridos en el Mediterráneo. A lo largo del siglo XX, los submarinos bélicos impulsaron el conocimiento del medio marino, que a su vez replanteó el modo de marcar las fronteras y de definir las prioridades económicas y ambientales. 
 
Para analizar esta realidad, el profesor Camprubí contará con un equipo de 7 investigadores de varias disciplinas humanísticas y científicas y de procedencias lingüísticas heterogéneas con vistas a cubrir gran parte de la diversidad cultural del mare nostrum.  
 
Lino Camprubí es historiador y filósofo de la ciencia. Actualmente es investigador Ramón y Cajal en la Facultad de Filosofía de la US y cuenta con una amplia trayectoria internacional que pasa por las universidades de Cornell, Los Ángeles, Chicago, y Autónoma de Barcelona, además del Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia en Berlín.

Es autor, entre otros, de Los ingenieros de Franco (Crítica, 2017) y No longer an American Lake: Deep Science and Geopolitics in the MediterraneanDiplomatic History, 2020.  

Camprubí Bueno es nieto del filósofo Gustavo Bueno 

En 2014, El Mundo le hizo una entrevista a Gustavo Bueno. Comenzaba así: Santo Domingo de la Calzada. Entre el constante trasiego de peregrinos rumbo a Santiago, nos reciben en la puerta de su casa natal su hijo, Gustavo Bueno Sánchez (59 años) y su nieto Lino Camprubí Bueno (33 años), continuadores de la saga familiar y representantes de las diferentes oleadas que el Materialismo Filosófico fundado por Bueno ha ido generando desde los 60. Nos acompañan al jardín donde, al fondo, encontramos al filósofo sentado, trabajando en la redacción final de las últimas clases impartidas este verano en torno al deporte ['¿Un tema menor? ¡Pero qué coño va a ser un tema menor el deporte!']".

Hoy ya han desaparecido su abuelo Gustavo y su padre, el médico e investigador Joaquim Camprubí, casado con Carmen Bueno, que fue uno de los altos cargos de la Expo 92 de Sevilla bajo el mandato de Jacinto Pellón, fue del PSUC. Su tío Gustavo colabora con Santiago Abascal en la Fundación Denaes, de la que es vicepresidente.

Lino Camprubi se considera materialista, de la escuela de su abuelo, ateo y de izquierdas, pero de una izquierda española. Contra el nacionalismo y separatismo, recordó hace tiempo que lo que hace a una nación no es la lengua, como quieren los separatistas, sino la historia, los “sucesos vividos juntos durante muchos siglos en comunidad”. Por ello, llegó a decir que el nacionalismo, un “timo monumental”,  “nos la ha metido” fragmentando a la izquierda en varios partidos. Lamentablemente, añadió,  la izquierda se “puso delante de la procesión”. 

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