Ken Follett: "Los historiadores no mencionan la esclavitud cuando hablan de Inglaterra"
El autor galés enfrenta a anglosajones, vikingos y normandos en Las tinieblas y el alba, la precuela del éxito mundial Los pilares de la Tierra.
Las cifras que rodean a Ken Follett (Cardiff, Gales, 1949) son abrumadoras. Se han vendido 43 millones de ejemplares de su famosa trilogía de Los pilares de la tierra, el relato de la construcción de una imponente catedral medieval en la ciudad de Kingsbridge. El autor británico, que el pasado año visitó España para mostrar su oposición al Brexit, ha vendido en todo el mundo 170 millones de ejemplares de sus 32 libros, publicados en más de 80 países y en 33 idiomas.
Regresa con una precuela que finaliza donde Los pilares de la Tierra comienza, Las tinieblas y el alba, una aventura que conduce al lector hasta el periodo en el que termina la edad oscura y comienza la Edad Media. El germen de la intriga la halló en un tapiz antiguo bordado en lino que relata la historia de la conquista de Inglaterra por los normandos y que aporta muchos detalles de la vida cotidiana del siglo XI. "El relato se desarrolla en un momento de cambio. Durante casi 500 años, la civilización europea estaba casi muerta y, de repente, en el año 1000 empezó a remontar. Ese es un momento fascinante. Tres grupos competían por controlar Inglaterra: los anglosajones, los vikingos y los normandos", avanzó Follett en una presentación virtual.
El protagonista de Las tinieblas y el alba es Edgar, un joven constructor de barcos que planea fugarse con la mujer casada a la que ama. Paralelamente, Ragna, la rebelde hija de un conde normando, se enamora de un noble inglés; y un monje idealista lucha por sus sagradas aspiraciones. Los destinos de estos tres personajes se entrecruzarán en la Inglaterra del año 997, una época bajo la constante amenaza de las invasiones vikingas. "Los vikingos arrasaban pueblos y se llevaban como esclavos a los jóvenes. Cuando un ciudadano veía desde su pueblo cómo se acercaban seis o siete barcos grandiosos, sabía a que se exponía", explicó.
Precisamente, la esclavitud subyace en la novela: "Hablo de la esclavitud porque es un aspecto muy importante de la sociedad anglosajona de esa época. El 10% eran esclavos, es imposible ignorar ese hecho. Los historiadores no mencionan la esclavitud cuando hablan de Inglaterra, pero es importante. Hay un momento en el libro en el que un personaje dice que ser propietario de personas saca lo peor del ser humano. Siempre hay dramas alrededor de la esclavitud. Conlleva brutalidad".
Abuso de poder
Otro de los temas principales que toca su nueva novela es el abuso de poder: "Es un tema muy importante para mí. Significa que los conflictos a los que se tienen que enfrentar los personajes no son de índole egoísta, sino que tiene unas miras superiores. En la novela se ve que la gente lucha por justicia y, evidentemente, en la edad oscura era muy difícil. Hubo un tiempo en el que la gente pensaba que se merecía esa justicia pero que no existía. Los nobles locales mandan en las cortes y deciden por todos". Para Follett, esta situación resuena en la actualidad. "La supremacía de la ley y del gobierno que aplica la ley se ha cuestionado. Cosas que dábamos por hecho desde hace décadas o siglos, que nadie puede estar por encima de la ley, vemos que no", se lamentó, al tiempo que puso de ejemplo a Boris Johnson: "El Gobierno debe aplicar la ley, la libertad moderna está basada en eso. Los Gobiernos que no respetan la ley tienen un problema".
Follett suele dedicar tres años a cada libro, uno para la documentación, otro para la escritura y otro para correcciones. El británico cree que parte de su éxito reside en la "potencia dramática" de sus escenas. "Una escena es buena si consigue que el lector siga pasando páginas para ver qué pasa y esa es la forma en la que construyo mis relatos", desveló. Sus libros suelen rondar las mil páginas: "Si un libro me gusta mucho, me da pena que se acabe. Si uno puede escribir algo que guste al lector, cuanto más largo mejor. Los pilares de la tierra consiguió conectar con la gente y perdura en la memoria. No se trata únicamente de consumir literatura y olvidar lo que uno lee".
La importancia de los detalles
El relato de Las tinieblas y el alba es de cómo una ciudad pequeña, un pueblo, se trasforma en una ciudad medieval próspera con mercado y catedral, hilvanando su desarrollo con pequeñas historias personales que se entrelazan. Follett apuesta por usar la imaginación para cubrir los huecos que los historiadores dejaron sin contar. "Cuando uno estudia la Edad Media, nos falta conocer cómo vivían. No escribían mucho, no construyeron muchos edificios de piedra –tuvieron que llegar los normandos para que nos explicasen cómo hacerlo–, así que tenemos pocos detalles. La arquitectura habla de cómo vivía la gente. Si uno no tiene esos detalles, tiene que inventárselos. Por ejemplo, intenté conocer qué tipo de ropa interior usaba esa gente y, por mucho que me asesoré, no conseguí una respuesta".
Cuenta con personajes femeninos muy potentes, como Lady Ragna. "Ella procede de otro país y eso es traumático. Los normandos, como cultura y civilización, estaban más avanzados que los anglosajones, aunque hay historiadores que están en contra. Ragna queda horrorizada por el aspecto de la sociedad anglosajona".
Actualidad
Acostumbrado a bucear en la historia para nutrir sus libros, el escritor mira el presente con cierta inquietud, preocupado por "los populismos, el aumento del racismo y los ataques a la democracia y al imperio de la ley". "Me gusta ver cómo la historia avanza hacia la libertad. Veo dos pasos hacia delante y uno hacia atrás. Espero que mis nietos puedan decir que la segunda parte del siglo XX y el principio del XXI fue un momento de avance interrumpido por alguna dificultad", aseveró.
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