El escritor Emilio Lara ha dicho este viernes, en una conferencia pronunciada en el curso de verano de la Complutense Novela histórica: el descubrimiento de España, que Benito Pérez Galdós es "el segundo mejor escritor en lengua española; el primero, Cervantes".
El premio Edhasa Narrativas Históricas 2019 por Tiempos de esperanza ha calificado al autor de los Episodios Nacionales como "el padre de la novela histórica" española, subrayó su "modernidad exultante", manifiesta, por ejemplo, en Fortunata y Jacinta, y también destacó que fue un "dramaturgo extraordinariamente bueno": "Sus obras enfrentaron a las dos Españas. Sus representaciones generaban manifestaciones de apoyo o de descontento".
Lara ha dicho que "el éxito que tuvo Galdós en la vida fue enorme" y que, en este sentido, los Episodios Nacionales fueron "capitales". El escritor jienense ha explicado que el canario quería "aportar una visión didáctica de la Historia de España", preguntándose "qué ha pasado, por qué hemos llegado aquí". Con una mirada "profundamente liberal", "mezcla la historia de los de arriba con la de los de abajo", intentando "entender": "No carga con odio contra los carlistas. Ese afán por la objetividad es modernísimo".
Lara ha recordado que Galdós fue dos veces candidato al Nobel de Literatura, pero que no lo consiguió porque "le boicoteó media España". Respondiendo a una pregunta de LD, el autor de El relojero de la Puerta del Sol ha explicado que Galdós "tenía un respeto a la religión católica enorme, pero la tenía tomada con los jesuitas y, sobre todo, con las órdenes religiosas de la enseñanza": "1912 fue el año en que más cerca estuvo de conseguirlo. Había cierto consenso en la Academia Sueca, pero en España se dividieron los apoyos para el Nobel entre Galdós y Marcelino Menéndez Pelayo. Los dos eran académicos de la Lengua. Galdós representaba la España avanzada, liberal; Menéndez Pelayo, la España tradicionalista. Ambos tenían muy buena relación personal, aun representando los polos opuestos del pensamiento intelectual español. Pero los sectores más ultraconservadores iniciaron una campaña para escribir en los periódicos en contra de la concesión del Nobel a Galdós, y mandaron miles de telegramas a la Academia Sueca hablando negativamente del canario".
Según Lara, a Galdós le acusaban de "mal representante de la historia de la literatura española": "Por ejemplo, la RAE apoyó públicamente a Menéndez Pelayo, y la Real Academia de Medicina apoyó a Galdós. Galdós, de forma muy elegante, se mantuvo al margen de cualquier campaña, y nunca se manifestó en contra de la opinión pública que le negó el Nobel, ni jamás dijo una palabra contra Menéndez Pelayo".