Las memorias de Woody Allen no cumplen las expectativas
Andrés Amorós desgrana la biografía del cineasta de Brooklyn, A propósito de nada, recientemente publicadas en España.
Andrés Amorós, en la sección de libros de Es la mañana de Federico, ha elegido el A propósito de nada (Alianza), las memorias de Woody Allen que llegaron a rechazar varias editoriales en Estados Unidos.
Woody Allen (Nueva York, 1936) es un personaje inteligente, con gran sentido del humor, como se desprende en sus películas y sus libros. Durante las seis décadas que lleva haciendo cine, ha escrito y dirigido cincuenta películas, protagonizando muchas de ellas. Estas memorias pueden dividirse en tres partes: su biografía, sus películas y la guerra con Mia Farrow.
La primera parte es muy divertida. Cuenta su infancia y habla de su familia, igual que lo hizo en Días de radio. Dedica tiempo a su interés por la magia, el clarinete o sus muchas neuras. También escribe sobre sus romances con Harlene, Louise Lasser, Diane Keaton, Mia Farrow o Soon-Yi.
Sobre sus películas, asegura que sólo tiene "un don para divertir" y, según sus propias palabras, lamenta no haber hecho ninguna gran película, aunque asegura que lo sigue intentado. Cuenta cómo, después de las dos primeras, exigió controlarlo todo. Para hacer una buena película, sostiene que lo importante es el guión y elegir bien las músicas (la parte que más divertida le parece).
La última parte de estas memorias está dedicada a la guerra con Mia y confiesa que da el paso con Soon-Yi después de ver juntos El séptimo sello. Al final, se justifica: "Lamento haber tenido que dedicar tanto espacio a la falsa acusación lanzada contra mí pero esa acusación es como agua para el molino del escritor y añade un fascinante aspecto dramático a una vida que, de otra manera, sería bastante rutinaria".
Lo mejor de estas memorias es que cuenta con escenas cómicas y frases brillantes:
Diane Keaton "viste como si su asistente de compras fuera Luis Buñuel"
Lo mejor de la relación con Mia es que "vivía justo cruzando Central Park, de modo que me ahorraba mucho dinero en taxi".
En un campo de concentración, "en dos días, Soon-Yi tendría a la Gestapo llevándole el desayuno a la cama".
Sobre los 22 años que lleva con su pareja: "Cualquiera estaría tentado de pensar que a estas alturas ya hace tiempo que nos habríamos quedado sin nada que decirnos pero, como el clima cambia constantemente, nunca nos falta tema de conversación".
Sobre una comida en Oviedo con Arthur Miller: "Recuerdo con toda precisión que él me confirmó que, en efecto, la vida carece de sentido" (mientras tomaba profiteroles).
"Tengo 84 años. Ya casi he pasado la mitad de mi vida".
En opinión de Andrés Amorós, estas memorias no cumplen las expectativas del lector. Es muy prolija su guerra con Mia. Para el lector, pasado el morbo inicial, se hace bastante largo. Además, no quedan bien ninguno de los dos personajes. Y en la parte de la biografía, hay muchos nombres americanos que aquí son poco conocidos y resulta poco interesante.
Woody Allen no presume e insiste tanto en sus carencias que el riesgo es que nos lo creamos. Sobre las películas, suele limitarse a dar gracias a los actores en lugar de contar los pormenores del rodaje. Querríamos más.
Muchos momentos y frases brillantes, pero no deja buen sabor. En conclusión, demasiadas páginas para solo hablar de rencor.
Woody Allen. A propósito de nada (Autobiografía), Madrid, Alianza Editorial, mayo 2020, 440 págs, 19’50 euros. ISBN: 978-84-9181-995. En ebook: 13’50 euros.
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