Los manuscritos medievales mas codiciados
Christopher de Hamel, experto en manuscritos iluminados, reúne algunos de los textos más importantes y hermosos del continente europeo.
Christopher de Hamel, uno de los principales expertos en manuscritos iluminados y bibliotecario emérito de la Biblioteca Parker del Corpus Christi College de Cambridge, recoge en Grandes manuscritos medievales una muestra de los textos más importantes y hermosos de Europa. A través de cada uno de los libros escogidos, De Hamel presenta a reyes, reinas, santos, escribas, artistas, bibliotecarios, ladrones y coleccionistas e invita al lector a un viaje por la historia de la religión, el arte, la literatura, la música, la ciencia y la historia.
Grandes manuscritos medievales ganó el Wolfson History Prize en 2017 y fue un bestseller en Inglaterra en 2016. En él, De Hamel sigue los pasos de estos códices a lo largo del tiempo y la geografía, y analiza el papel que jugaron en el tablero político occidental y quiénes fueron sus dueños. El autor muestra cómo ha viajado el conocimiento a lo largo de los siglos en un momento anterior a la propia reproducción mecánica de los libros en papel.
Esta obra cuenta con más de doscientas imágenes realizadas expresamente para este libro. De Hamel explica la historia de cada uno de los manuscritos: quién los ha copiado, poseído o codiciado y su relación con la historia política y la sabiduría popular.
El autor ha elegido estos doce manuscritos por cuestiones meramente prácticas, ya que no hay manuscrito en el mundo, según él, que no merezca un capítulo propio. Entre ellos, está Los Evangelios de san Agustín, de finales del siglo VI, un libro trabajado en Italia y presumiblemente llevado a Inglaterra por san Agustín de Canterbury, bien durante su evangelización de Gran Bretaña del año 597 o bien recibido de parte del papa Gregorio Magno en el 601. El códice resulta muy interesante por sus originales escenas de la vida de Cristo representadas en los márgenes.
También el Libro de Kells, de finales del siglo VIII, un verdadero icono de Irlanda y motivo de orgullo nacional. Es posible que lo creara una comunidad de monjes en la isla, hoy escocesa, de Iona, si bien recibe el nombre de la abadía de Kells, al noroeste de Dublín, donde se conservó durante siglos. Destaca por sus elaboradísimas ilustraciones y letras ornamentadas, que combinan la iconografía cristiana tradicional con los motivos ondulantes y complejos propios del arte insular. El propio James Joyce se inspiró en este célebre manuscrito iluminado.
Otro de los manuscritos elegidos por Cristopher de Hamel es Carmina Burana, de primera mitad del siglo XIII, un libro manuscrito que recoge 254 poemas y textos dramáticos principalmente de los siglos XI y XII. Las canciones del Carmina Burana fueron llevadas a la música por el compositor alemán Carl Orff en 1936. El autor cuenta que escuchar la pieza durante sus días de estudiante le hizo interesarse por el latín, como imagina que les sucedió a muchos alumnos en todo el mundo, aburridos por el estudio de las declinaciones.
No se olvida de Chaucer de Hengwrt (c. 1400), que junto al Chaucer de Ellesmere, es la fuente principal de la que beben las versiones modernas de Los cuentos de Canterbury, la obra maestra de Geoffrey Chaucer escrita entre 1387 y 1400.
Cristopher de Hamel. Grandes manuscritos medievales. Traducción de Claudia Casanova. Ático Historia, 2020. ISBN: 978-84-16222-50-6. PVP: 49,90 €. Páginas: 688
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