Andrés Amorós propone esta semana, en su serie de libros relacionados con pandemias, una de las novelas más conocidas de Thomas Mann, Muerte en Venecia, en la que aparece el cólera y la enfermedad moral. El protagonista es Gustav Aschenbach, un escritor maduro que goza de reconocimiento que llega a Venecia en busca de inspiración, pero también con el objetivo de llenar sus días con reflexiones estéticas en un entorno idílico. En el hotel coincide con Tadzio, un joven de polaco que se encuentra de vacaciones con su familia. El muchacho se convierte en objeto de deseo y adoración; un amor ideal e imposible basado en la contemplación estética y que llevará a Aschenbach a renunciar a todo, incluso a sí mismo.
Muerte en Venecia es una novela corta de apenas cien páginas, que suele publicarse junto con otra obra de Thomas Mann como Mario y el mago. Hay disponibles muchas ediciones: Edhasa, De Bolsillo, Agapea…por un precio medio de 10 euros.
Thomas Mann (1875-1955) se consagró en 1901 con Los Buddenbrock y posteriormente llegó su famosísima La montaña mágica (1924). En 1929 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Mann representa la gran novela intelectual europea años 20, es decir, aquella que además de contar una historia plantea una serie de problemas filosóficos con diálogos cultos, como hicieron también Huxley o Pérez de Ayala.
Muerte en Venecia fue publicada en 1912 y tiene base autobiográfica. El autor viajó a la ciudad de los canales y vio con horror a un viejo verde que se fascinó por un joven polaco. Tiene una base histórica puesto que Venecia sufrió epidemias periódicas. La ciudad vive una agonía continua por su hundimiento y es símbolo de decadencia. La muerte se convierte en un espectáculo, con entierros en góndola.
Es una novela con alto contenido simbólico. Plasma la crisis de Europa y de la burguesía después de la Belle Époque.
El protagonista representa el orden, la razón, muy goethiano, pero siente la tentación del abismo. No quiere la luz sino lo dionisíaco (Nietzsche). Esto se une al platonismo: el culto a la belleza.
"La palabra sólo puede celebrar la belleza, no reproducirla"
En psicología es la unión de Eros y Tánatos. Hay varios símbolos, como el gondolero que representa a Caronte y que al preguntarle cuánto le debe, le responde: "Ya pagará usted".
Cuenta con frases fantásticas:
"El Amor hace visible lo espiritual"
"Sentía inclinación incorregible y natural hacia el abismo".
"Uno llega a dudar de que haya otro heroísmo que no sea el d e la debilidad"
"Postrado, vencido, sufriendo escalofríos, susurró la forma perenne del deseo: imposible, absurda, reprobable, ridícula y, sin embargo, sagrada, y, aún en este caso, digna de respeto: 'Te quiero'".
En la versión cinematográfica de Visconti, mejor incluso que la novela, el director une en el protagonista Mann y Mahler. La fotografía y música son inolvidables.