El Steeple Sinderby Wanderers es el equipo de fútbol menos conocido, y menos profesional, de toda Inglaterra. Sin embargo, lograron una memorable hazaña: acabó disputando la final en el mismísimo estadio de Wembley de Londres. Es la gesta contada en la novela Cómo llegamos a la final de Wembley (Tusquets), del británico J.L. Carr, la recomendación literaria de esta semana de Andrés Amorós.
Su autor, el excéntrico y extravagante Joseph Lloyd Carr (Yorkshire, 1912- Northamptonshire, 1994) fue un erudito editor de antologías clásicas, autor de curiosos diccionarios, y autor de Un mes en el campo. Fue dueño de la editorial The Quince Tree Pres.
Se basa en lo que él vivió en 1930 y se enfrenta al problema literario de hacer verosímil lo increíble. La historia de esta novela es posible en la Copa de Inglaterra en la que participan equipos de categorías inferiores y lo hacen a partido único.
Uno de los aspectos más divertidos es que un filósofo que no sabe nada de fútbol diseña los postulados: "Todos los jugadores, excepto el delantero centro, deben defender su propia portería y todos los jugadores, excepto el portero, deben lanzarse hacia la portería del contrario".
Incluye también entrenamientos pintorescos: a temperatura gélida, con campo en pendiente y con sol de cara para desconcertar al contrario, impidiendo sus hinchas lleguen al pueblo...Más allá del fútbol, la novela cuenta con bromas sobre la educación inglesa, los curas, autoridades locales, el periodismo o la televisión… El autor hace gala del típico humor inglés.
El equipo recuperan a antiguos futbolistas: uno, se había hundido en la melancolía por pensar; otro, por amor a su mujer. El presidente es un tipo peculiar que recomienda enviar a trabajos forzosos, previa castración, a todo deportista vago.
La segunda parte es más pesimista y cuenta las peligrosas consecuencias del éxito: "Si el público lo exigiera, los hombres asfixiarían a sus abuelas" (pág. 172).
La conclusión:
La gran y eterna verdad que yo aprendí durante esas semanas fue que hay mucha gente en este mundo que no tiene un propósito en la vida, gente que vive a través de otros, que se pasa todas las horas que Dios le ha concedido sin hacer nada mirando las revistas o la televisión, esperando como niños pequeños que llegue otra historia u otro personaje que los guíe. Y de repente aparece delante de sus narices la fábula de éxito en la vida real de la época, y es algo que les está ocurriendo a personas como ellos. Y esas pobres almas piensan: ‘Eso podría pasarme a mí! ¡A mí! Si esa humilde gente de pueblo puede hacer algo grande y memorable, yo también. Si me dieran la oportunidad. (pág. 170).
"Pero, ¿es verosímil esta historia? ¡Ah!, todo dependerá de que ustedes quieran creérsela". Igual que dice Don Quijote a Sancho.
J.L.Carr: Cómo llegamos a la final de Wembley, Barcelona, ed. Tusquets, 2018, col. Andanzas, 2018, 203 págs., 17 euros. ISBN: 978-84-9066-480-3.