A menudo pensamos que los niños traen la felicidad de serie. Todo en ellos son risas y alegrías que se esfuman al dejar atrás la infancia. Pero nada más lejos de la realidad. Los pequeños se enfrentan a situaciones que desde su altura se ven inmensas y monstruosas; y la forma en la que las encaran determinará, en gran medida, en qué tipo de adulto se convertirán. Para facilitar ese tránsito, Anna Morató ha escrito la colección de libros infantiles De mayor quiero ser... Feliz (Editorial Beascoa), del que ya ha vendido más de 40.000 ejemplares del primer libro.
"Al igual que enseñamos a los niños hábitos como recoger sus juguetes o lavarse los dientes, les tenemos que enseñar a leer las cosas de manera positiva: estar agradecidos por las cosas buenas que nos pasan, por las personas que están a nuestro lado, deben saber confiar en ellos mismos... Hay fórmulas para que vayan incorporando estos hábitos a su rutina y esas son las herramientas que recojo", nos explicar la autora. "Todos queremos que nuestros hijos sean felices, el cómo conseguirlo es lo difícil", añade.
Este libro, indicado para niños a partir de 4 años, recoge seis historias que hablan sobre la empatía, el optimismo, el agradecimiento, el esfuerzo, la confianza en nosotros mismos, y enseña a los niños cómo conocerse mejor. "No hay una receta mágica para la felicidad, pero si la hubiera, esos seis ingredientes serían los necesarios". Por encima de todo, considera la autora, lo más importante es trasmitirle al niño "que le queremos y que tiene nuestro apoyo". "Parece sencillo y muy obvio, pero es la gran base para todo. A partir de ahí, ellos estarán más receptivos y podremos contar con todos los recursos para enseñarles a ser felices".
Esto no implica, advierte, predisponer a los pequeños a que todo en la vida es bonito. "Deben acostumbrarse a ver el lado positivo de las cosas pero, obviamente, no todo es de color de rosa. Ser positivo no es estar siempre sonriendo. Deben saber que hay momentos en los que las cosas no son como queremos, de ahí la importancia de la gestión de la frustración. Todo el mundo tiene derecho a enfadarse, a la pataleta, pero sí que se puede educar para que esté en sus manos la decisión de tirar para adelante".
Cada uno de los seis cuentos va precedido de unas instrucciones para que los padres sepan cómo enfocar su lectura. Anna Morató ha testado la eficacia de los cuentos en sus propios vástagos: "Son situaciones muy cotidianas, sencillas, que me han pasado con mis hijos en el colegio o en el parque, que se dan con frecuencia. Los padres me agradecen que sea así".
Morató insiste en la necesidad de cumplir con el ejemplo: "Cada hijo es diferente por su propia personalidad, pero sí que podemos predisponerlos. La mejor forma es que vean en nosotros esa actitud, que aprenden a través de lo que nos ven hacer y no tanto por lo que les decimos. Si hacemos un drama cuando, por ejemplo, se derrama la leche, ellos incorporarán esa actitud y cuando tengan sus pequeñas frustraciones, harán lo mismo. No es fácil, a los mayores también nos cuesta".
Su próximo libro, previsto para este otoño, abordará el grave problema del bullying escolar. "Sin empatía el mundo no funciona. Es fundamental. Deben aprender a ponerse en el lugar del otro. Muchas cosas se solucionarían, por supuesto, también en el mundo de los adultos".
Los libros cuentan con las ilustraciones de Eva Rami, titulada en Ilustración por la Escuela Superior de Dibujo Profesional de Madrid. Además, es diplomada en Magisterio, logopeda e intérprete de Lengua de Signos.
Anna Morató García. De mayor quiero ser… Feliz 2. Beascoa, 2018. Ilustradora: Eva Rami PVP: 17,95