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Clara Sánchez explora el mundo de las sectas: "Somos tribales y necesitamos ser aceptados"

La escritora bestseller indaga en la capacidad de manipular con El amante silencioso, una historia que se desarrolla en África.

El perverso mundo de las sectas es la envoltura de El amante silencioso (Planeta), la nueva novela de Clara Sánchez con la que ahonda en las sombras y perversidades del ser humano. "Hay una cosa que me asusta mucho en la vida y es que me estén dirigiendo sin darme cuenta, que me estén obligando a pensar de una manera... es decir, ser manipulada. La manipulación se establece entre las personas, en el mundo laboral, en la pareja y en la familia. En el momento que queremos convencer a otra persona de que haga o diga algo, estamos manipulando. La capacidad de manipular es una facultad humana", explica la escritora a Libertad Digital.

El impulso de escribir esta novela estuvo en esa necesidad de explorar las distintas formas de manipulación, pero quiso "concretarlo": "La guinda de la manipulación humana es una secta, un grupo que marca sus reglas, que te lava el cerebro y del que no puedes salir. Quise que el núcleo de esta novela fuera un chico captado por una secta y una salvadora".

La protagonista de El amante silencioso es Isabel, una joven que conoce de cerca este drama porque su hermano fue captado y no pudo salir, se suicidó. Isabel recibe el encargo de ir a una región de Kenia para localizar y rescatar a un chico llamado Ezequiel que ha sido abducido por la Orden Humanitaria. "Isabel carga con un enorme sentimiento de culpa, piensa que miró para otro lado, que no estuvo atenta. No es ni más ni menos lo que nos pasa a todos cuando a un ser querido le ocurre algo y rebobinamos al pasado. Entonces nos preguntamos por qué no vimos esas señales".

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La escritora Clara Sánchez, entrevistada para Libertad Digital. | David Alonso

Clara Sánchez sitúa al lector frente al líder de la secta para que descubra de primera mano cómo son las técnicas de persuasión y sometimiento que suelen desarrollar este tipo de personajes. Es un mundo hermético al que pudo acercarse por el testimonio de una familia de su entorno que sufrió esta tragedia: "Tenían un hijo muy parecido a Ezequiel, sin ningún tipo de problema en la vida, que se introdujo en una secta. Este mundo le parecía una mierda y tenía muchas ansias de espiritualidad, de encontrar otra cosa. Le lavaron el cerebro. ¿Cómo se recupera? Su padre me dijo una frase que usé en la novela: 'Es muy difícil arrancar a alguien de un sueño'. Es un drama terrible".

Clara Sánchez cree que cualquier persona puede ser captada por una secta, no necesita unas cualidades ni unas deficiencias particulares, y señala dos factores: "Cuando te adentras en una secta, haces dejación de tu responsabilidad. Hay otra persona que se hace cargo de tu vida y, en ocasiones, estamos tan cansados que necesitamos que alguien decida por nosotros. Por otra parte, está la necesidad de aceptación. Somos tribales y tenemos mucho miedo al rechazo, necesitamos pertenecer a un grupo".

Aventura de espionaje e infiltraciones

La escritora viajó hace cinco años a Kenia y recorrió todos esos lugares que aparecen en la novela, los hoteles, las aldeas y los parajes. "No quería hacer una novela de viajes sino una historia que fuera una aventura de descubrimiento personal", reconoce. Incluso algunos de los personajes africanos de la novela son reales, aunque "con otros valores". "El Maína literario es el líder de la secta, una persona perversa. El de la realidad era un hombre de cierta edad, muy sabio, con mucha conciencia de la realidad y un gran bagaje espiritual. Algunas de las frases que me dijo aparecen en la novela. Aproveché esas cualidades que le podrían haber convertido en un líder".

Clara Sánchez intercala la narración desde el punto de vista de Isabel, que trata de curar sus propias heridas, y de Ezequiel, una perspectiva muy interesante. No supuso un excesivo reto, reconoce la escritora, pues "no hace falta que te capte una secta para sentir algo parecido". "Vivimos en muchas sectas diferentes. Hay familias que son muy vampíricas, padres y madres que inducen a sus hijos a comportarse de cierta manera. Al final, todos usan la vía emocional".

"No dejan de ser adultos que eligen su propia forma de vivir", dice uno de los personajes de la novela. De hecho, hay una línea muy fina entre permitir a alguien que viva como quiere y contemplar impasibles su autodestrucción. "Es algo muy delicado que a mí me ha quitado el sueño. ¿Qué haces? ¿Le dices a tus hijos que no salgan? ¿Dejas que sean libres y que se arriesguen? No conozco la respuesta. No es el caso de que tu hijo llega borracho o drogado, que puedes tomar medidas sanitarias. Es un caso muy sutil. Tu hijo va a un sitio donde es feliz, donde encuentra un refugio y cada vez le vas viendo menos, hasta que se desliga completamente".

Sánchez pone el énfasis en emociones muy profundas y universales como sentirse fuera de lugar, tener remordimiento o sufrir soledad. "Las historias son como perchas que sostienen todo un mundo de frustración, sentimiento de pérdida, amores ansiados, manipulaciones. Me interesa el mundo emocional de las personas que nos hace ser como somos. La historia sirve para trasladar una sensación", confirma.

Clara Sánchez ha escrito, entre otras, Últimas noticias del paraíso (Premio Alfaguara de Novela 2000), Lo que esconde tu nombre (Premio Nadal de Novela 2010) o El cielo ha vuelto (Premio Planeta 2013). Su obra, traducida a más de veinte idiomas, la ha convertido en una de las autoras españolas más reconocidas.

Clara Sánchez. El amante silencioso. Planeta, 2019. 384 páginas. 20 euros.

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