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César Pérez Gellida publica su nueva novela, 'Todo lo mejor'

La nueva novela de César Pérez Gellida narra la caza de un asesino en serie en la ciudad más sometida por la Guerra Fría.

"El primer estímulo se producía al reconocer el color grana que delataba su procedencia venosa. (...). Acababa de practicar la incisión, limpia y precisa, para que manara el plasma a un ritmo constante, contenido pero suficiente, con el propósito de satisfacer sus necesidades sin tener que asumir demasiados riesgos. (...). Allí acopló la boca valiéndose de los labios para abarcar la herida sin dejar escapar una sola gota del flujo vital. Sin modificar la postura, desvió su mirada y dedicó unos segundos a comprobar que el niño respiraba con sosegada normalidad. Entonces sí, cerró los ojos y empezó a succionar". Así narra César Pérez Gellida en Todo lo mejor (SUMA) uno de los primeros episodios que se adentran en la mente de un truculento asesino. En otro lado de la ciudad, las muertes de cinco menores, que parecen estar relacionadas entre sí, traen de cabeza al inspector jefe de la Kriminalpolizei Otto Bauer. Los abundantes cortes en brazos y piernas que presentan todos los cadáveres, además de la corta edad de las víctimas, le hacen sospechar que en el lado soviético de Berlín existe un depredador trastornado que, a buen seguro, continuará matando hasta que alguien se lo impida. Cada vez que intenta informar a las altas instancias, y conseguir que le faciliten el trabajo de investigación, sin embargo, la respuesta que recibe es la misma: "No existen asesinos en serie en la República Democrática Alemana".

Viktor Lavrov es un joven talento del KGB destinado en la ciudad que se encuentra inmerso en las luchas silenciosas entre agencias de inteligencia que marcaron la Guerra Fría. Perfectamente adiestrado, y con varios importantes encargos que podrían suponer un serio espaldarazo para el bando soviético en aquella Alemania dividida, su marcado interés por la psicología criminalista le hará inmiscuirse al mismo tiempo en la investigación obsesiva que está robándole el sueño a Bauer. Juntos descubrirán la complejidad de un caso que atraviesa el telón de acero y en el que podría estar implicado algún alto cargo político; e irán conociendo la siniestra realidad de una ciudad en la que proliferan los agentes dobles y las conspiraciones políticas, y en la que las sangrientas Veladas Rojas de una misteriosa mujer a la que llaman la Dama han cambiado para siempre la vida de numerosas personas.

"La primera idea de la novela era que el posible lector no precisara leer mi obra anterior para poder engancharse a la historia", explica Pérez Gellida al otro lado del teléfono. "La editorial detectó que el deber de ponerse al día con la trama era el principal escollo que se encontraban mis nuevos lectores cuando se sentían interesados en algunas de las novelas que iba publicando". De una manera engañosa, por consiguiente, el noveno trabajo del escritor vallisoletano se presenta como algo completamente diferente. Aunque únicamente de manera engañosa. "Sí, porque en este libro nos adentramos en la juventud de un personaje importante de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne". Aquí el ambiguo Armando Lopategui todavía trabaja para el KGB y se hace llamar Victor Lavrov. "Siempre tuve la pretensión de enganchar de alguna manera con Memento Mori. En esta novela, eso sí, Lopategui no es el mismo que en las anteriores. Es más joven y todavía está aprendiendo, pero su obsesión por la psicología criminalista ya le está haciendo recorrer el camino que le llevará al sitio donde los lectores le han conocido".

La trama se desarrolla en un periodo histórico complejo, pero la labor de documentación no ha supuesto una dificultad excesiva para Gellida. "Soy licenciado en Geografía e Historia y estoy acostumbrado a tratar con ese tipo de fuentes. En novelas como estas la labor de documentación siempre lleva su tiempo, está claro, pero lo que pasa es que yo no soy ese tipo de escritor mapa, que elabora el esquema de su novela antes de ponerse a escribir. Digamos que me voy preparando conforme voy avanzando en la la historia", explica, antes de profundizar en la verdadera dificultad de escribir sobre el Berlín de la Guerra Fría: "Se trata de un viaje en el tiempo, y como todo viaje en el tiempo, recrear otra época siempre es un reto. Ahí la única receta es leer, leer y leer, y ayudarse de mucho material audiovisual, que siempre facilita las cosas. En lo concreto, después, todo el trabajo se resume en tratar de ser lo más fiel posible a la historia, sin caer en ese maniqueísmo de buenos y malos, que no me puede gustar menos".

Para adentrarse en la mente de un asesino, sin embargo, el trabajo del novelista es diferente. "Se trata más de una cuestión de interpretación que de documentación. Pero eso pasa con todos los personajes, no solo con los que tienen algún tipo de parafilia", argumenta. "Hace falta informarse bien para poder describir lo mejor posible a un personaje y que luego resulte creíble. Al final, el objetivo siempre es que el lector pueda empatizar con todos, sin tener que llegar a justificar sus actos, evidentemente". Por último, a la hora de hacer encajar todas las piezas, cada maestrillo tiene su librillo: "Yo lo que hago es ir enlazando escenas. Antes de nada visualizo todo lo que puedo la escena que quiero escribir, y no empiezo hasta que tengo todo más o menos claro. Después, evidentemente, cada escena escrita condiciona el desarrollo de las que la sucederán, pero tampoco me preocupo muchísimo por eso, y continúo, sin detenerme, siempre mirando hacia adelante en vez de hacia atrás. Cuando termino el primer borrador, como es normal, lo que tengo entre las manos no se parece nada a una novela coherente, y entonces el trabajo consiste en podar las imperfecciones y reescribir el libro".

"Todo lo mejor es lo peor cuando uno no sabe de qué lado está", arranca esta nueva novela de Pérez Gellida. En sus últimas páginas, la trama principal que envuelve a todos los personajes acaba cerrándose de manera rotunda, pero deja sueltos algunos cabos a los que el escritor puede aferrarse a la hora de alargar la historia. "En noviembre del año que viene se publicará otra novela que se titulará Todo lo peor, que estará ambientada justo después de cuando acaba Todo lo mejor y que tirará de un hilo concreto que queda suelto, además de avanzar en la historia de los personajes que han sobrevivido a esta primera aventura", termina Pérez Gellida antes de despedirse y de colgar el teléfono.

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