Esta semana Andrés Amorós ha querido criticar la última novela de Eduardo Mendoza, en el espacio que tiene todos los martes en el programa Es la mañana de Federico, en esRadio. Del premio Cervantes ha querido comentar que es "un autor que vende mucho, pero que lleva tiempo sin deslumbrar".
"En su historial tiene grandes novelas escritas, como La ciudad de los prodigios o La verdad sobre el caso Savolta, pero no muchas más", ha comentado. "Mendoza es un personaje singular: inteligente, gracioso, culto, medio americano y medio inglés… Y además escribe bien, eso no se puede negar", ha querido destacar, antes de añadir que, sin embargo, "lleva tiempo escribiendo novelitas ligeras, de las que gustan al público, pero no demasiado valiosas".
Con respecto a El rey recibe (Seix Barral), la primera que publica desde que recibiese el Premio Cervantes hace dos años, Amorós se ha mostrado francamente decepcionado. "La historia arranca con una serie de enredos divertidos, pero muy, muy inverosímiles". Además, ha analizado una serie de características formales desacertadas, en su opinión: "Utiliza de pronto aquello que Torrente Ballester calificaba de narrador no fiable, que se entromete en el curso de la narración para colar comentarios deliberadamente pedantes, a modo de burla", ha comenzado. "Sus personajes, además, son meras caricaturas, que representan de una manera muy simplificada a diferentes tipos de personas y que hacen que, al final, la novela acabe siendo una crónica costumbrista decepcionante".
Pero de todo lo malo, lo peor, en opinión del crítico literario, son "las digresiones ensayísticas que analizan diferentes acontecimientos que aparecen en la novela y que, si se saltan, no pasaría nada". "Eso no es una novela", ha dicho. La explicación que ha querido buscar Amorós para tan "insatisfactoria" creación es que "para escribir, hasta la obra más desesperada, hace falta creer en algo. Y si no, para qué leer aquello que hayas escrito".