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Sergio Ramírez: "La literatura está contaminada por la anormalidad política"

El nicaragüense recibirá el Cervantes el lunes: "Espero trasladar la inmensa felicidad que siento por escribir en una lengua de semejante tamaño". 

Sergio Ramírez atiende a la prensa en la Biblioteca Nacional. | EFE

Sergio Ramírez (Masatepe, 1942) es periodista, político, abogado y escritor. El próximo lunes recibirá el Premio Cervantes en un acto en el que espera trasladar su "inmensa felicidad" por escribir "en una lengua de semejante tamaño".

El escritor nicaragüense defiende que sus ideales políticos coinciden con sus ideales literarios, por lo que esa "anormalidad cotidiana" de Centroamérica está muy presente en la literatura que se hace al otro lado del Atlántico y, por ende, en sus obras. "La literatura en Latinoamérica está contaminada por la anormalidad política. En las obras capitales de la literatura hispana están presentes los viejos dictadores, el narcotráfico, los fraudes electores y la corrupción". En este sentido, ha defendido a esa "legión" de jóvenes escritores talentosos que trabajan en una escritura distinta tanto "en forma como en fondo" y que buscan nuevos horizontes. Autores que hablan de la anormalidad de hoy en día, de "migraciones forzosas, pandilleros o problemas fronterizos". "No es que la literatura deba hablar sobre temas sociales y económicos, es que debe hablar sobre seres humanos y los seres humanos se ven marcados por esos temas", reiteró.

En más de una ocasión se ha hablado de Sergio Ramírez como el nuevo Rubén Darío. "Está en un plano inalcanzable. Él cambió profundamente la lengua castellana", aseguró. Precisamente, el nicaragüense mencionará al autor de Azul... (1888) en su discurso del próximo lunes en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Por supuesto, habrá referencias a Miguel de Cervantes. "Hablaré de lo que le debo a Rubén Darío y a Cervantes, que es el gran inventor de la novela posmoderna. Desde la primera vez que leí El Quijote descubrí las verdaderas reglas de la novela. Siempre he tenido la pretensión de desarmar cada capítulo de El Quijote para ver cómo está hecho. Aún hoy, sigo armando y desarmando esa obra".

Ramírez ha compaginado su compromiso político con su vocación literaria. Fue el ganador del Premio Alfaguara de Novela con Margarita, está linda la mar en 1998; se opuso a la dictadura de Somoza, fue vicepresidente de Nicaragua durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990), de los que posteriormente renegó. Sus vivencias de esta época se recogen en la obra Adiós, muchachos. "A los 16 años tomé conciencia de que era una indignidad vivir bajo una dictadura y me impliqué para derrotarla", aseguró.

En cuanto al momento político que vive América Latina, Ramírez recordó que existió un proyecto político "muy prometedor" para los países bolivarianos en el que se incluía Nicaragua, donde "la reelección indefinida parece una de las marcas del socialismo del siglo XXI". Esa alianza resultó "absolutamente fracasada" y "solo quedan escombros". Sobre Cuba, el Premio Cervantes negó que se pueda hablar de un cambio por el momento a pesar del relevo en la presidencia del país. "Quien gobierna es el partido oficial y no el Gobierno", valoró.

Con la elección de Sergio Ramírez como Premio Cervantes 2017 se volvió a cumplir la ley no escrita que reparte el galardón de forma alternativa entre Latinoamérica y España, después de que el año pasado lo ganara el español Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943).

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