La narración de Francisco Núñez-Roldán Fagoaga, un alma, afín por inquieta, a quien conocimos en Cuadernos de Roldán - una publicación poética (Juglaría de taberna se tituló su primer número de 1989) que dio mucho de sí en la década de 90 y que persiste hasta nuestros días, no es ninguna fábula ni ficción arbitraria o fantasiosa aunque contiene elementos complementados imaginariamente como en toda novela histórica o mejor casi, en este caso, una historia real novelada.
Núñez Roldan es un profesor universitario de origen donostiarra, nacido en Madrid y afincado en Sevilla. Desde hace tiempo actúa como un historiador insatisfecho que procura completar la Historia de España con relatos dotados de valor de verdad, como en la lógica. Hace bien poco citábamos uno de sus estudios sobre la vida cotidiana en la Sevilla del Siglo de Oro en un artículo sobre Murillo y el IV Centenario de su nacimiento.
Es autor de guías de viaje y artículos. Ha dado a luz una Historia de la prostitución en España (1995) y La guerra del gabacho 1808-1814 (2008), como ejercicio ensayístico. Como novelista ha publicado La sota de sombras (1995), El año cinco (1997), Guatarral, almirante y pirata (2001), El enigma de los guerreros de bronce(2004), Ofelia Queiroz y otros relatos (2004), Cazar al cazador (2007), El legado del hereje (2008), De Algeciras a Estambul (Premio Ateneo de Valladolid), Ven despacio, Paraíso (2011), Jaque al peón (Premio de Novela Ciudad de Badajoz) y Un general para Hitler (2016).
Pura raza, recién editada por la editorial Algaida, es una narración muy abundosamente documentada [1] que describe, y de paso denuncia, a quienes no conozcan los hechos, la relación entre un sector del nacionalismo vasco, oficialmente bendecido por la dirección, con la Alemania hitleriana y los manejos del franquismo y de los aliados para reventar el posible mini "eje". De hecho, la novela se lee con facilidad porque los acontecimientos se suceden con la naturalidad que permite el profundo conocimiento de la cuestión en quien la ha escrito. Ya había tocado el tema nazi en su novela anterior Un general para Hitler (2016).
¿Qué razón podría haber para una entente nazi-separatista vasca? Pues el ensueño de la construcción de una Europa de los pueblos "no contaminados" (por la decrépita Europa), superadora de los agotados estados nacionales, menos el alemán, naturalmente, que agruparía en torno a su Reich a estos supuestos pueblos oprimidos y sin Estado propio, como el vasco, el catalán, el bretón, el corso, el croata, el eslovaco y otros, a los que se reconocerían los derechos negados por aquéllos.
Libertad Digital se hizo eco en 2013 de un documental titulado Una esvástica sobre el Bidasoa, coproducida por RTVE y ETB, que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. En él, ya se reveló la existencia de contactos entre representantes nacionalistas vascos y dirigentes nazis durante la Segunda Guerra mundial con la finalidad ya expuesta.
En ese filme, se recogían informaciones de testigos de la época, historiadores, familiares de protagonistas y documentos alemanes que demuestran, sin duda posible, que durante la ocupación de Francia por los nazis, se produjo un acercamiento consentido por la cúpula del PNV con importantes dirigentes del régimen hitleriano para tratar de asegurarse la independencia del País Vaco en caso de una victoria nazi en la II Guerra Mundial.
Precisemos que, al tiempo, el mismo partido mantenía relaciones con el bloque aliado para obtener el mismo fin si el desenlace del conflicto resultara ser otro. Todo un espectáculo oportunista del bifidismo separatista, practicado en demasiadas ocasiones ya como para no ser considerado parte de una naturaleza constitutiva.
En el principio del descubrimiento hay que situar la recuperación del reportaje cinematográfico Im Lande der Basken (En tierra de vascos) de 1942, que se creyó perdido tras la derrota del nazismo. El documental, realizado con "criterios" nacionalistas vascos por Helmut Brieger a las órdenes del general de las SS, Werner Brest, fue seguramente fruto o excusa de los contactos entre el régimen de Hitler y el PNV. De notable hay que valorar, por poner un ejemplo, la presencia de la imagen de aparentes esvásticas en la decoración de los platos de cocina de un humilde caserío vasco.
La novela de Francisco Núñez Roldán comienza cuando sobre la orilla de la playa de la Concha y ante el monte Jaizkíbel se estrellaba el 8 de mayo de 1945 un avión alemán con seis ocupantes, uno de los cuales fue el después bien famoso León Degrèlle, teniente coronel de las SS valonas, filonacionalista, partidario de la consabida Europa de los pueblos y fundador del movimiento extremista Christus Rex. Gracias a las heridas que le produjo el accidente, el régimen de Franco no lo entregó a las fuerzas aliadas ya victoriosas. Desde entonces siempre tuvo residencia en España con el nombre de José León Ramírez Reina hasta su muerte en un hospital malagueño en 1994.
La acción va describiendo en unos pocos escenarios cómo se producen los contactos y la construcción del ensueño de esa Europa de los pueblos sustentadas en la pureza de las razas antes que en las sociedades civiles, el Estado de Derecho y la historia real de las naciones y sus Estados históricos. Se trata de la "solución inicial" de la "solución final" consistente, entre otros aspectos, en la conservación y mejora de las "razas" menos infectadas antes de exterminar a las perversas.
Precisamente, en el París ocupado, Núñez Roldán narra una reunión matriz en la que altos cargos nacionalsocialistas deciden, entre vinos caros y referencias craneanas la realización del documental ya citado de Helmut Brieger para sensibilización de los alemanes hacia los valores filogermánicos del pueblo vasco.
La decisión se adoptaba, tras unos contactos iniciales mantenidos con el muy real peneuvista Eugène Goyeneche, profesor vasco que fue nombrado en 1989 doctor honoris causa por la Universidad del País Vasco. En la trama aparecen asimismo los históricos pronazis del PNV, Antonio y Ramón Labayen, hijo del primero, que ha sido diputado del PNV y que justificó la estrategia pronazi del PNV porque "un pueblo se defiende como puede". Poco a poco probaron cómo las iniciales simpatías nazis se transformaban en órdenes de delación y colaboración descarnadas.
Paralelamente en Bayona, un enviado de los aliados trataba de convencer al imaginario cura católico y nacionalista, el Padre Garro, para ayudar, también, a la liberación del País Vasco proporcionando información sobre los planes germanos. En este segundo horizonte, los nazis esclavizarían al pueblo vasco como ya habían hecho en Polonia y Checoslovaquia mientras que los aliados presionarían al Franco vencedor de la guerra civil en favor de la independencia de los vascos.
Uno de los hechos históricos escandalosos que se cuentan es que la dirección del PNV no limpió de papeles comprometedores sus dependencias en París, lo que llevó al descubrimiento de la Red Álava dirigida por el ingeniero Luis Álava, que pasaba información militar y estratégica a los aliados desde el País Vasco. Cuando la ocupación alemana se produjo, se encontraron aquellos papeles y fueron enviados a las autoridades franquistas que desmantelaron la red. Tras las peticiones de clemencia, incluso de los americanos, el franquismo sólo fusiló al cabecilla.
Creo que el sentido irónico de Núñez Roldán, casi tragicómico, se manifiesta en un dialogo entre el espía vasco-inglés, Peter, y el padre Garro en el que este cura nacionalista dice: "Podemos haber sido nacionalistas, pero no asesinos a sangre fría. No es nuestro estilo. Ni lo será nunca", momento en que uno debe recordar esa otra novela, la de Fernando Aramburu,Patria [2],donde los curas nacionalistas sucesores de este Garro les metían ideas y calentaban a los jóvenes con el resultado de tiros en la nuca. Pero Garro… Lean y sabrán.
Tramas de espionaje
En el texto, además de las tramas de espionaje en las que los secretos, incluso de confesión, vuelan como grajos de un lado a otro, hay diálogos memorables por el cinismo político y maquiavélico que encubren y, a veces, exhiben. Recomienzo vivamente los entablados entre el mariscal Pétain y el embajador de Franco en Vichy, el vasco José Félix Lequerica y Erquicia, parte esencial del libro.
Sectarios del nacionalismo, con Iñaki Anasagasti a la cabeza, aunque entre otros muchos, acusaron a Lequerica, que llegó a ser embajador de España en Washington, de nazi y represor (de patriotas según ellos, de antiespañoles, decía él) mientras callaron que el PNV incluso llegó a hacer sellos con la esvástica, vinculada a símbolos nacionalistas esenciales.
Naturalmente, el desarrollo de la II Guerra Mundial a partir, sobre todo, de 1942-43, hizo que el sueño pangermánico y nazi de la Europa de los pueblos "poco contaminados" diese paso a sucesivas retiradas y retrocesos hasta la derrota final. El dossier político elaborado por dos miembros del Euzkadi Buru Batzar para el encaje del País Vasco independiente en un Reich alemán cayó en el olvido. Pero hay notas explícitas en favor e los nazis del propio EBB.
A pesar del tema condensado en el subtítulo, Conjura nazi en Euskal Herria, no faltan en el relato circunstancias amorosas contadas a la manera vasca de la abuela del autor, esto es, escueta y parcamente, así como intensos momentos de aventura en la frontera, lugar privilegiado por donde tenían que salir y entrar algunos de los protagonistas.
De hecho, los personajes más entrañables y populares de la novela son los contrabandistas, los mugalaris y familia, amores inclusos, a los que las ideologías apenas han deformado el espíritu y los afectos y que se dedican a trabajar y a ganarse la vida sin reparar en banderías metiendo y sacando gente necesitada de salvación por las sinuosas rutas que van y vienen de Francia.
Vivir en afecto y libertad
Creo que Núñez Roldán, que tiene dos apellidos vascos en su genealogía familiar, rinde en ellos homenaje a la gente de a pie que sufre siempre los dolores causados por políticas en las que nunca han decidido nada y que lo que quieren, sencillamente, es vivir en afecto y libertad.
Al final de la historia, final feliz junto al mismo avión estrellado en la Concha y una pregunta. ¿Fueron meramente tácticos los nazis al exagerar en el nacionalismo vasco la expresión de una raza afín o, por el contrario, fueron extremadamente lúcidos al reconocer con claridad en su idea de la patria vasca un ADN similar al hitleriano? La novela de Núñez Roldán es misericordiosa y no se compromete en la resolución de la disyuntiva. Pero…véase el mapa de Luis Arana, el hermano de Sabino, por si salen de dudas.
[1] En realidad, nos dijo el autor que le ha divertido más documentarse que escribir la novela.
[2] Tal vez habría sido bueno que Núñez Roldán, como Aramburu, hubiese incorporado un breve glosario de términos procedentes del euskera. Aunque en menor medida, en Pura Raza aparecen vocablos como amachu, muga, mugalaris, baseritarras, lauburu, nesca, etc.