Son poco más de 50 páginas, rescatadas de un cajón olvidado. En este libro, recién publicado por la Fundación José Antonio Labordeta, se recopilan cinco relatos escritos hace más de cincuenta años.
Han sido rescatados del olvido por su viuda, Juana de Grandes, en un libro titulado Paisajes queridos, que muestra al escritor aragonés en estado puro, según dice la también presidenta de su fundación, quién mejor lo conocía.
Es un "libro objeto", como dice Juana de Grandes, porque reúne cinco cuentos que José Antonio Labordeta escribió y también ilustró en tinta roja, durante su primera etapa como escritor entre los años 1961 y 1962.
La propia Grandes se encontró esta obra con su título Paisajes queridos en una clásica carpeta vieja y azul, donde estaba guardada en orden, como "si estuviera preparada para ir a la imprenta".
Me quedé perpleja porque realmente yo no tenía noticia, porque lo escribió soltero, cuando vivía en Buen Pastor y durante 50 años ha vivido con nosotros y nadie lo había rescatado, ni siquiera él.
Tras leerlo se lo pasó a Luis Ballabriga, que ordenó y trabajó los papeles de Labordeta, junto con Antonio Pérez Lasheras, autor del prólogo de este libro, editado por Libros del gato negro.
Los cinco relatos que contiene (Margarita la tonta, El tajo, Paisaje querido, Bienvenido y La isla arrancada) describen una realidad trágica, protagonizada por gentes que viven tiempos difíciles. Más que contar, dibujan una historia: un estilo impresionista, muy telegráfico.
Para Juana de Grandes, los relatos son "muy labordetianos" porque son historias de guerra, pero no de trincheras, sino centrados en las personas que se quedan en los pueblos tras el desastre. Se reconoce en cuatro de estos cuentos, aún sin nombrarlo, el escenario de la batalla de Belchite.
Sorprende también esa desconocida faceta como ilustrador del director de Un país en la mochila, que dibujó las portadas de cada uno de esos cuentos con unas siluetas en las que se adivina una historia. "Ya no volvió a dibujar más", ha apuntado su viuda. Es, en definitiva, una sorpresa que tenía reservada el polifacético Labordeta.
José Antonio Labordeta, Paisajes queridos, Gato negro, 2017. 122 páginas.