Ana Tramel es lo que se conoce como una joya –en sentido irónico claro–. Adicta al alcohol y al sexo, pasó de ser una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos a ver correr el tiempo entre recursos administrativos en un bufete mediocre. Un día recibe la llamada de su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, que la obliga a salir de "ese negro pozo". Ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla.
Se trata de la primera incursión en la novela negra de Roberto Santiago (Madrid, 1968) escritor de novelas infantiles y juveniles de éxito (Los Futbolísimos), dramaturgo, guionista y director de cine (El penalti más largo del mundo). Ana, es la apuesta de su vida: "He puesto todo lo que soy en esta novela".
Ana es la gran apuesta de los editores, que se declaran "enamorados" de cada una de sus páginas. En España, Planeta lanza Ana con una tirada inicial de 30.000 ejemplares. Sin conocer la respuesta aún de crítica y público, ya se han adquirido los derechos para publicarla en Francia (Seuil) –con cifras de salida similares a los títulos de Pérez Reverte–, Italia (Rizzoli) y Polonia (Muza) –donde parte con 10.000 ejemplares cuando la primera edición está marcada en 3.000–. Además, hay una oferta en firme de Atresmedia para su adaptación al cine o la televisión.
Con Ana, Roberto Santiago se rebela contra la industria del juego, un mundo que asegura conocer desde dentro: "Por mucho que se venda la novela, es imposible recuperar lo que me he gastado en el juego". Es su propia herramienta de denuncia y crítica, contra un sector que mueve flujos de capital y provoca "corruptelas" que pueden envenenar cualquier ámbito de la sociedad, incluso los ligados a la aplicación de la ley. "Es una novela de ficción, pero todo lo que se publica sobre el juego es real y nunca se ha contado. Hay más de un millón de personas con ludopatía diagnosticada y no hay campañas de prevención. Los adolescentes ven partidos de fútbol mientras les bombardean continuamente con publicidad de casas de apuestas", insiste.
"Conozco muy bien el mundo del juego, yo mismo he jugado torneos de póker. Lo que he visto me ha puesto los pelos de punta. Es increíble que no se cuente lo que hay. Te podría llevar a 20 partidas de póker ilegales esta misma noche con miles de euros en juego", asegura el autor. Los lectores podrán sentirse como Ana, que "no sabe nada del juego y hace de ojos para el lector". "Va descubriendo cosas y se queda estupefacta", añade.
Una gran crónica judicial
Santiago conjuga entretenimiento, crónica judicial y acción en una novela que saca a relucir las debilidades humanas: "Todo adicto tiene un lobo interior. Puedes apaciguarlo, dormirlo, pero no se va nunca". La protagonista saca toda la artillería judicial, se lanza de cabeza a los tribunales en una lucha de David contra Goliath. "Es un grupo de perdedores, empezando por Ana y siguiendo por su peculiar equipo –un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata– que se enfrenta con una querella criminal a la corporación del juego. Le golpean moral y físicamente". Se trata de una trama muy cinematográfica que escasea en la literatura española.
Roberto Santiago no teme el eco que pueda provocar: "Me alegraría que a alguien le molestara la novela porque significaría que he metido el dedo en la llaga".
Roberto Santiago. Ana. Planeta, 2017. ISBN: 9788408166580. 864 págs. Precio: 21.90 euros.