Un presunto suicidio, un violador en serie y la aparición del cadáver de un joven negro relacionado con drogas de diseño son los puntos de partida argumental de Habana réquiem (HarperCollins Ibérica), un thriller policiaco que refleja la corriente actual de este género en Cuba –distante de Leonardo Padura y su detective Mario Conde–. En la Mazmorra, el nombre coloquial por el que se conoce la unidad de policía del hacinado y castigado distrito de Habana Vieja, tres tenientes –el veterano Puyol, la arribista Ana Rosa y el impulsivo Eddy– están a cargo de esas investigaciones. No importa "ensuciarse las manos", es una máxima para ser buen poli.
Su autor es Vladimir Hernández (La Habana, 1966), Premio Internacional de Novela Negra L’H Confidencial. Dibuja una Cuba maquillada de aperturismo, donde la indolencia es generalizada, con Fidel Castro vivo y en la sombra, donde el ciudadano de a pie levanta la voz y aparca su docilidad mientras convive con otro sector temeroso del cambio: "El progreso no es algo factual, es un fiasco utilizado por los leguleyos para enajenar a las masas".
El autor se sirve de estas tres investigaciones para retratar las carencias de la isla y reflexionar sobre la realidad social de Cuba. Es "una liturgia fúnebre por el alma colectiva de una ciudad y una sociedad a punto de desaparecer". Pinta La Habana como una ciudad decadente, desordenada, con la delincuencia como forma de vida con prostitución, bandas urbanas y drogas de diseño por cada esquina.
Habana réquiem tiene distintas capas de lectura. Se presenta como un fresco de la corrupción y las élites castristas. "Los patrulleros, agentes mediocres, casi tan obtusos como la chusma a la que persiguen". Donde no hay otro modo de conocer la realidad que "chocando con la calle, luchando con la chusma y la negrada al filo de la carretera" (Pág. 109).
Habana Réquiem es una novela coral, bastante ágil y con músculo narrativo, que encadena capítulos cortos. Se apoya en un lenguaje coloquial habanero que colorea la historia –"Dos jineteras que discutían por un pepe se entraron a golpes" (Pág. 30)–. Para que nadie se pierda, adjunta un glosario de términos y expresiones.
Hace 16 años, Vladimir Hernández viajó a España tras quedar finalista del Premio UPC de Género Fantástico y decidió quedarse a vivir en Barcelona, donde ha sido distinguido con otros premios como el Manuel de Pedrolo, el Alberto Magno y el Premio Internacional de Novela Negra L'H Confidencial por Indómito.
Vladimir Hernández. Habana Réquiem. Harper Collins, 2017. ISBN: 9788491390367; 336 páginas. Precio: 18,90 euros.