El implacable bisturí de Irene Némirovsky
El éxito de Suite francesa ha provocado que se reediten otras novelas de la autora como La presa, publicada en 1938 y excelente.
Varias veces he comentado –y recomendado– aquí las novelas de Irene Némirovsky: sin duda alguna, la última gran revelación de la novela europea. Nació en Kiev, en 1903. Era hija de un banquero judío ucraniano. Su familia huyó de la revolución rusa y llegó a Francia en 1919. La joven estudió Letras en la Sorbona y muy pronto empezó a escribir, además de llevar una vida mundana. Hablaba ruso, francés, polaco, inglés, finés, yiddish y hasta vasco. En 1926, se casó con Michel Epstein, otro banquero judío, y tuvo dos hijas. Muy pronto, alcanzó cierta fama por sus primeras novelas (en España no tuvieron ningún eco, que yo sepa). La invasión alemana afectó al matrimonio: ella no pudo publicar más, ni él, trabajar en la Banca. La familia se refugió en un pueblecito del interior, donde ella escribió incansablemente. En 1942, Irene fue detenida y llevada al campo de Auschwitz, donde murió de tifus; poco después, su marido murió, en la cámara de gas. En el año 2004, sus hijas publicaron una novela que había dejado inacabada, Suite francesa. La había escrito en letra minúscula, para economizar tinta, y en papel de muy mala calidad. Sesenta años después de haberla escrito, ganó premios, apasionó a los lectores y fue considerada el libro del año, en Francia y en España. Es una historia tan conmovedora como la de Ana Frank pero con muchísima mayor calidad literaria.
En medio de una gran depresión económica, el joven Jean-Luc tiene una enorme ambición: le atrae el poder, más que el dinero. Subordina a eso todo, incluido el amor y la familia; lógicamente, tiene éxito pero se siente enormemente desgraciado. Cuando quiere volver a los auténticos valores, ya es demasiado tarde. El título de la novela no se refiere a la cárcel sino al cazador, que acaba convirtiéndose en su propia presa...
Si el lector conoce la literatura francesa, encontrará en seguida muy claras referencias: Stendhal (Julián Sorel); Balzac (A nous deux, Paris, maintenant!); Zola, Maupassant... A través de Jean-Luc, la autora nos ofrece una imagen implacable, desoladora, de la burguesía francesa, de los políticos y los hombres "importantes". En el cine, podría recordar a algunas películas de Chabrol.
Hay que buscar mucho para encontrar en el libro algún rasgo positivo: "Aquella dulzura que hasta el hombre más frío adquiere con los años" (p. 218). Y la "desesperada necesidad de amor" (p. 185) que, al final, descubre el protagonista, "hambriento de ternura".
No es –me temo– una novela muy adecuada para el que se sienta desanimado. Pero es una excelente novela, como todas las de Irene Némirovsky.
Irene Némirovsky: La presa, Barcelona, ed. Salamandra, abril de 2016, 220 págs, 16 euros. ISBN: 978-84-9838-745-2.
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