Vidas únicas
Doscientas sesenta y siete vidas en dos o tres gestos, de Eugenio Baroncelli, es un conjunto de minibiografías de personajes de todas las épocas.
Agrupa el autor a sus personajes por sectores: amantes, diablos y magos, fantasmas, freaks, enfermos incurables, suicidas... También lo hace por criterios más literarios: Como las hojas, De aquí a la eternidad, El derecho y el revés...
No faltan algunos españoles: Portago, Cervantes, Hernán Cortés, Góngora, Séneca, Miguel Servet, Carlos V, San Ignacio, Manolete...
El atractivo del libro es claro, para un lector curioso, que gusta de las anécdotas históricas. Además, se puede leer por partes y en cualquier orden: en un viaje, antes de dormir...
Muchas anécdotas son notables. Cito unas pocas: una mujer italiana se quedó muda, por amor. Cipriano Frick escribió mil cartas de amor a una mujer que nunca le contestó. Dora Maar fue amante de Georges Bataille, Paul Éluard, Picasso y Lacan. (Un caso semejante, añado yo, al de Alma Mahler). Mehmet el Grande se enamoró a los 119 años. Yves Klein se obsesionó con el color azul. Von Trocznova pidió que, con su piel, se hiciera un tambor de guerra. En el entierro de Houdini, nadie se marchaba, por si lograba salir de la tumba...
Parece de una tragedia grotesca de Arniches ("¡Que viene mi marido!") la historia de la suicida inepta, que quiso rebanarse el cuello, prendió fuego a su casa, se tiró por la ventana y cayó sobre un furgón de sandías. El perfeccionista Eric von Stroheim les contó a Gloria Swanson y Joseph Kennedy, que financiaban La reina Kelly, la historia del sastre que tardó seis años en hacer unos pantalones. Cuando le dijeron que cómo podía ser eso, cuando Dios había hecho el mundo en seis días, respondió: "Mira el mundo y mira mis pantalones..."
Un libro de este tipo es, por definición, desigual. El autor no destaca por su humildad: entre los personajes, incluye también a su padre y a su madre, y, en dos capitulillos, a él mismo. Creo yo que la ironía del destino resaltaría más con un estilo de implacable objetividad pero el autor ha preferido otro, más literario y brillante, con paradojas cercanas a Borges...
Al fondo de todo, late una creencia: "Su vida fue única, como la de todo el mundo" (p. 48). Es cierto. Pero en algunos casos se nota más que en otros. Para contarlos, Baroncelli ha elegido el método del boticario de La verbena de la Paloma: "Se administra en pildoritas".
Eugenio Baroncelli: Doscientas sesenta y siete vidas en dos o tres gestos. (Libro de las candelas), Cáceres, ed. Periférica, 2016, 327 págs, 19’90 euros).
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