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El centenario de Cela: reivindicación de un Nobel contra la "corrección política coñazo"

"Universo Cela" contará con exposiciones, conferencias, ciclos de cine o premios que orbitarán en torno al autor de Madera de boj o San Camilo 1936.

Me cuenta Raúl del Pozo que Camilo José Cela (1916-2002) guardaba un "verdadero archivo del ‘yo’" y que, una vez, en la finca que tenía el escritor gallego en Guadalajara, el periodista recibió la bronca –sin enemistad y en confianza, se entiende- por nombrarle en una columna y no haberle avisado tras su publicación.

Deducimos, pues, que el marqués de Iria Flavia –desde, al menos, un punto de vista vanidoso- disfrutaría con eso que viene a llamarse "Universo Cela", que celebra el centenario del nacimiento del escritor, que impulsa la Fundación Charo y Camilo José Cela. La efeméride llega presidida –"han tenido la gentileza de aceptar", reza la nota de prensa- por Felipe VI y la reina Letizia y arropada por el ministro en funciones de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo.

"Universo Cela" se inaugura el 11 de mayo de 2016 con una conferencia del director de la RAE, Darío Villanueva, en el Paraninfo de Fonseca de la Universidad de Santiago, y se clausura el mismo día del año siguiente, con otra conferencia, en este caso, del hermano menor de CJC, Jorge Cela Trulock, en el Instituto Cervantes de Madrid. En medio, exposiciones –"Cela en Mallorca", "Cela y Picasso", o "Cela y Miró"-, ciclos de cine, representaciones, homenajes, premios, cursos, simposios y ediciones –entre las que destaca una de la ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española) de La colmena, con los párrafos eliminados, en su día, por la censura.

El programa del centenario ha sido presentado en el Instituto Cervantes por su director, Víctor García de la Concha; por el presidente de la Fundación Charo y Camilo José Cela e hijo del autor, Camilo José Cela Conde, y por los ya citados Jorge Cela, Darío Villanueva e Íñigo Méndez de Vigo.

García de la Concha recordó que publicó su primer artículo en Papeles de Son Armadans –revista fundada por CJC- y que "él quería que la Academia conservara la tradición literaria, que recogiera lo mejor de la Literatura Española". Villanueva definió al Nobel como "generador de cultura" e "impulsor de empresas", destacando su "visión del futuro, el papel que le correspondía en la Literatura". Por su parte, Jorge Cela –posteriormente, también Cela Conde- recordó a Charo, su "mujer, compañera, secretaria, crítica y primera lectora" –de Marina Castaño, ni mú-, añadiendo que "la Literatura fue lo que le llevó a torear, a hacer cine, a montar en globo".

No sé si ingenuo, Camilo José Cela Conde arrancó su intervención como si España fuera un país de los que valoran/homenajean/leen a sus literatos como es debido: "Como es natural, celebramos el centenario del nacimiento de alguien que recibió el Premio Nobel de Literatura como consecuencia de ser uno de los mejores escritores españoles del siglo XX". A su lado, el ministro tricéfalo, Méndez de Vigo, quien hizo alarde de campechanía y se declaró "partidario de recordar, de conmemorar" –a diferencia de lo ocurrido con Cervantes, en esta ocasión, no hubo reproche alguno. El titular de, entre otras, la cartera de Cultura dijo del autor de San Camilo 1936 o Cristo versus Arizona que fue "un adelantado" y "un perseguidor de verdades", y mostró su deseo de que "los jóvenes descubran a Cela" por, entre varias cosas más, su manifiesto "amor a España de este gallego universal". Se marchó en cuanto empezó el turno de preguntas.

En este espacio, LD preguntó por las reediciones de títulos, puesto que para encontrar un libro de Cela que no sea La colmena o La familia de Pascual Duarte, uno no tiene más salida que recurrir a las librerías de segunda mano. Responde Cela Conde: "Lo que usted dice es real para la Literatura en su conjunto. ¡Lo difícil que es encontrar un libro en una librería! Últimamente son escaparates de las novedades, libros quedan poquísimos. Sí, va a haber una reedición, poco a poco, de sus obras". Otro compañero se refirió a la censura de lo políticamente correcto y a si Cela la pasaría. Sentencia del presidente de la Fundación, muy en honor a su padre: "La corrección política es un coñazo".

Fue la única licencia tremendista en el acto.

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