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Simplemente, García

Vicente Ferrer Molina publica Buenas noches y saludos cordiales, una biografía no autoriza de José María García.

José Maria García | EFE

Proliferan ahora muchos libros sobre figuras mediáticas de una actualidad que será muy efímera. No es el caso de José María García: un personaje absolutamente singular, con una trayectoria profesional importantísima y que juega un papel no pequeño en la historia de la España reciente. Creo que merecía un libro serio, bien hecho, y que ya lo tiene. El título reproduce su característico saludo, al iniciar su programa: Buenas noches y saludos cordiales. El subtítulo lo califica con acierto como "un periodista irrepetible". El autor es Vicente Ferrer Molina, actualmente subdirector de El Español.

Conviene aclarar que no se trata de una biografía autorizada: sí ha mantenido cinco entrevistas con el personaje pero "García no ha leído ni revisado una sola línea del texto antes de llevarlo a la imprenta". La fuente fundamental es la hemeroteca, además de declaraciones de muchas personas con las que García ha tenido relación. Es, sin duda, un trabajo sólido, que no omite las luces ni las sombras del biografiado. Eso no le resta amenidad, pues aporta muchas anécdotas verdaderamente notables. (Quiero subrayar las de Pepín Cabrales, un personaje de un gracejo fuera de lo común, recordado con frecuencia por Juan Lamarca). Lo he leído con verdadero interés.

Cuenta Vicente Ferrer la trayectoria de García en las distintas emisoras en las que ha trabajado. Varios de estos episodios –en Antena 3, la COPE y el proyecto de Telefónica– tienen una trascendencia clarísima para la historia de la España contemporánea.

Las aportaciones periodísticas de García son indiscutibles: captó al gran público para la radio nocturna; dio nuevo relieve al periodismo deportivo; el año de la muerte de Franco, tuvo el primer programa deportivo diario de ámbito nacional en una radio privada; logró superar al "imperio" de PRISA; llegó a tener unos diez millones de seguidores... España entera se paralizaba, por la noche, para escuchar a García, convertido en un símbolo de la crítica al poder establecido. Lo ha definido perfectamente José Luis Garci: fue "la banda sonora perfecta de lo que era España en 1977. La Transición es el marido y la mujer en la cama, y García sonando en un transistor, sobre la mesita de noche".

El periodista español con más querellas

Tuvo muchísimos amigos y muchísimos enemigos pero no dejó indiferente a nadie. En el libro se pueden seguir sus guerras con Luis del Olmo, Florentino Pérez, José María Aznar, Pio Cabanillas, Jesús Gil, Pedro Delgado, Míchel, De la Morena... Ha sido el periodista español con más querellas.

También se describe su forma de trabajar: pagaba por informaciones; no llegó a usar el ordenador; no aceptaba que nada fuera imposible; era capaz de hablar durante una hora –y cautivar al oyente– sobre un tema que no había preparado... Sus métodos, tan discutibles, recuerdan a veces a los de Walter Matthau, en Primera Plana.

Acierta el autor al recordar el peculiar estilo de García, sus calificativos más peculiares: "Chupópteros, tiralevitas, lametraserillos, correveidiles, abrazafarolas, chufleteros, soplapitos...". Creaba, así, un folletín, con buenos y malos, como las series de televisión, que creaba adicción.

En estas páginas se dibujan bien las contradicciones personales de un comunicador único. Lo define Federico Jiménez Losantos: "Éste no es un genio, este es García. Es mucho más que un genio". Yo he recordado un título de un serial de la época: "Simplemente, García".

Vicente Ferrer Molina: Buenas noches y saludos cordiales. José María García: historia de un periodista irrepetible, Barcelona, ed. Corner, enero de 2016, 303 págs, 16’90 euros. ISBN: 978-84-94418-31-0.

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