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Andrés Amorós

Mujeres soñadas por Andrea Camilleri

Nos llega un nuevo título de Andrea Camilleri; esta vez, sin el comisario Montalbano. 'Mujeres' es una colección de 39 microrrelatos organizados por el orden alfabético del nombre de la protagonista.

Nos llega un nuevo título de Andrea Camilleri (publicado en Italia hace solamente un año); esta vez, sin el comisario Montalbano: Mujeres, una colección de 39 microrrelatos (la mayoría, cuatro páginas), organizados por el orden alfabético del nombre de la protagonista.

A sus 90 años, limitada la visión por el glaucoma, el gran narrador siciliano dicta (como hacía Gonzalo Torrente Ballester, en su última etapa) sus recuerdos de algunas mujeres que conoció, en la vida o en la literatura, junto a otras de las que la hablaron. Ellas encarnan todo el misterio, las contradicciones y la fascinación femeninas.

Por un lado, vemos una serie de actitudes vitales básicas: la celosa, la estéril, la maniática de la limpieza, la compasiva, la que espera a su amor 35 años, la guapa que tiene una hermana fea... Varias de ellas, bellísimas, entregan inesperadamente sus favores y, en seguida, desaparecen. Son tan incomprensibles como adorables. Algunas remiten a la adolescencia del narrador: el fascismo, la guerra mundial, la pobreza, el despertar del erotismo. Otras derivan, probablemente, de sus conferencias sobre personajes de ficción: la gran literatura – parece decirnos - sigue viva, se repite.

Las míticas (Beatriz, Desdémona, Juan de Arco, Nefertiti, Teodora) son tan entrañables como las presuntamente autobiográficas: las mujeres que el narrador ha conocido tienen algo de Angélica, que desprecia a los héroes y nobles para elegir al pastor Medoro; de Venus, "que nunca, en toda la eternidad ha dejado pasar la ocasión de gozar del amor"; de Ilaria del Carreto, en su sarcófago de Lucca, "la idea absoluta de la belleza femenina" (Camilleri llegó a ella por dos poemas, sólo discretos, de Salvatore Quasimodo y Gabriele D’Annunzio; no conoce la novela "Sparkenbroke", del inglés Maurice Baring).

El misterio femenino se encarna en Bianca, esposa del rey de Sicilia: cuando murió su marido, se encerró en un convento, "llevando consigo sólo un cofrecillo, en el que había guardado siete cosas, ninguna de ellas joyas, que habrían de recordarle para siempre el amor de Federico" (p. 28): nunca se supo cuáles eran esas siete cosas...

El amor a su tierra lleva a Camilleri a atribuirle a Elvira las virtudes que considera propias de la mujer siciliana: "Reservada, tenaz, determinada, firme en sus convicciones y dispuesta a luchar por ellas, y, al mismo tiempo, dulcísima, generosa, comprensiva, de una gran sensibilidad" (p. 52).

En los caminos de la fantasía le inició su maravillosa abuela, que le dio dos consejos: "Trata siempre de ser honesto contigo mismo" y "Escribe como te dicta el corazón". Con una abuela así – pensará, quizá, el lector -, no es tan difícil llegar a ser gran escritor.

Por su estructura, el libro es, lógicamente, desigual: unas historias están más logradas que otras. Pero todas se leen con agrado, haciéndonos la ilusión de que el narrador me las va contando a mí, que puedo asentir o replicarle...

A sus 90 años, cerca de la ceguera, Camilleri ve muy claro en el corazón, con una doble madurez: la narrativa (lo que dice, lo que calla, cómo lo dice) y la humana: lo comprende todo. Todo: lo vivido, lo recreado, lo imaginado... Podría haber tomado el ambiguo título de una hermosa película de René Clair: "Mujeres soñadas".

Andrea Camilleri: "Mujeres", Barcelona, ed. Salamandra, noviembre 2015, 204 págs, 16 euros. ISBN: 978-84-9838-714-8.

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