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'Número cero', buen ensayo y mala novela

Se acaba de publicar la traducción española del último libro de Umberto Eco.

Portada de 'Número Cero' | Lumen

Cualquiera conoce la inteligencia de Umberto Eco: profesor, analista de la cultura popular, semiólogo, comunicólogo... También, narrador de éxito internacional, a partir del feliz hallazgo que supuso El nombre de la rosa. (Su Tesis Doctoral se había ocupado de las ideas estéticas de Santo Tomás). Después, llegaron otras novelas menos logradas: El péndulo de Foucault, La isla del día de antes, Baudolino, La misteriosa llama de la reina Loana, El cementerio de Praga.

Se acaba de publicar la traducción española de la última, Número Cero. La propaganda editorial utiliza una frase de Roberto Saviano: "El manual de comunicación de nuestro tiempo". Coincide con una reciente polémica: Eco ha descalificado la ignorancia e irresponsabilidad que suele ir unida al mundo de las redes sociales.

En Milán, en 1992, Colonna, un gris periodista de cincuenta años, es contratado como redactor jefe de un futuro periódico, Domani (Mañana). En realidad, no se trata de preparar su real salida a la calle sino de confeccionar unos "números cero" – de ahí el título de la novela - que sirvan para el chantaje; es decir, una típica paradoja intelectual y moral: escribir algo... para que no salga.

Las reuniones del equipo de periodistas sirven para que Eco transmita su sarcástica visión del mundo de las comunicaciones, en la actualidad: la edad mental del televidente medio no supera los 12 años. Es muy fácil fabricar "dossieres" baratos, manipular los desmentidos, reciclar las noticias, recurrir al sentimentalismo y los tópicos lingüísticos...

Este periodismo es el reino del "como si". Podría resumirse en la conocida frase: "Que la realidad no estropee un buen titular". El periodista inventa los hechos, no sólo las opiniones; construye las noticias; enseña a la gente a pensar. En esta sociedad, no queda hueco para la verdad: "Los periódicos mienten, los historiadores mienten, la televisión hoy miente". El pesimismo de la conclusión es total: "No se podía alumbrar una voz libre".

Las alusiones históricas contextualizan este juicio, en la Italia reciente: es el momento del comienzo de la Tangentópolis, la actuación del fiscal Di Pietro, la Operación Gladio, un magnate que parece trasunto de Berlusconi... Pero no se limita, por supuesto, al mundo italiano. Ningún país occidental queda libre.

Esta visión de los actuales medios de comunicación no resulta muy sorprendente pero sí está argumentada con inteligencia y brillantez: parece una conferencia académica de Umberto Eco, dirigida a jóvenes estudiantes de periodismo. Lo malo –desde el punto de vista de la creación literaria– es que, con este material, se ha querido construir una obra de ficción, que resulta muy floja. No se tienen de pie ni los personajes ni la trama ni los detalles ambientales; se acumulan materiales eruditos indigestos; carece por completo de calor humano...

Un buen análisis sociológico no es lo mismo que una buena novela. Hace años, Billy Wilder, en Primera plana, nos daba una visión del periodismo tan corrosiva como ésta pero mucho más divertida. Número cero me parece un libro para que lo analicen en las Facultades de Ciencias de la Información y lo comenten, con preocupación, los sesudos analistas políticos, no para que se emocione cualquier lector de novelas.

Umberto Eco: Número Cero, Barcelona, ed. Lumen, mayo de 2015, 221 págs, 20’90 euros. ISBN: 978-84-284-0204-2.

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