Los dimes y diretes mantenidos por el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, con su socio de Gobierno y con el jefe del Estado desde su llegada al poder en 2011 son la comidilla en Portugal tras la publicación esta semana de su biografía.
A priori, pocos preveían que un texto autorizado como este, escrito por una persona próxima a Passos Coelho -Sofia Aureliano, asesora de su partido en el Parlamento- y al estilo de un panegírico con continuos elogios al líder pudiera generar tanta controversia.
Sin embargo, la revelación de las fricciones -evidentes aunque pocas veces reconocidas a nivel oficial- entre algunas de las principales autoridades de Portugal de las que da buena cuenta el libro, que se pone hoy a la venta, ha levantado ampollas en el país.
Passos Coelho, de 50 años y presidente del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), gobierna desde 2011 en coalición con los democristianos del CDS-PP (el partido más a la derecha del arco parlamentario), dirigidos por Paulo Portas, hoy viceprimer ministro y, por tanto, "número dos" del Ejecutivo.
La alianza entre ambos pasó por momentos de tensión, sobre todo en verano de 2013, cuando Portas llegó incluso a presentar su dimisión "irrevocable" -entonces ejercía de ministro de Exteriores- y puso en riesgo la estabilidad gubernamental en pleno rescate financiero y con la troika de cuerpo presente.
El jefe del Gobierno confirma ahora que todo se debió a su decisión de sustituir al titular de Finanzas, Vítor Gaspar, por la hoy ministra Maria Luís Albuquerque, un nombramiento que no seducía a Portas.
Por SMS
El día de la toma de posesión, Portas habló con Passos Coelho y le dijo que no estaba cómodo con esta elección. Tres horas más tarde, el jefe del Ejecutivo asegura que recibió un SMS en el que éste le anunciaba su dimisión. Hasta varias horas más tarde no logró hablar con él.
El detalle de haber utilizado un mensaje por el móvil para informarle fue desmentido esta semana de forma oficial por el CDS-PP que precisó en un comunicado que se hizo a través de una carta, una prueba más del descontento en el seno del partido con el libro.
Ese malestar se produce apenas 10 días después de que Passos Coelho y Portas anunciasen que ambas formaciones concurrirán con listas conjuntas a las próximas elecciones, lo que añade morbo al asunto.
Lo ocurrido, además, dio munición a la oposición de izquierdas, que volvió a insistir en la falta de consenso en el Gobierno.
El momento crucial de la legislatura
En su biografía se califica esta crisis como el momento más importante de toda la legislatura, y sólo fue sofocada por Passos Coelho cuando ofreció a Portas ascenderlo a "número dos" y reestructurar su gabinete.
No obstante, la polémica continúa por su opinión sobre la actitud adoptada en aquel momento por el jefe del Estado, quien no quedó convencido con la solución encontrada y antes de dar su visto bueno, le instó a que dialogase con el principal grupo de la oposición
En la obra se asegura, sin citar directamente al primer ministro, que esta exigencia causó "extrañeza" y supuso en la práctica dejar al Gobierno "en baño maría durante veinte días" para nada, ya que la negativa de los socialistas era conocida.
Las diferencias con Cavaco Silva venían de lejos, de la época en que Passos Coelho era máximo dirigente de las juventudes socialdemócratas y el hoy presidente ocupaba el cargo de primer ministro.
Entonces eran como "agua y aceite", se lee en la biografía, que destaca sus enfrentamientos por la subida de las tasas universitarias.
El jefe del Estado declinó pronunciarse sobre las revelaciones y se limitó a señalar que sólo empezará a escribir sus memorias cuando acabe su mandato, en marzo de 2016.
Aspectos familiares
La biografía sobre Passos Coelho también aporta pormenores poco conocidos del líder conservador, como que tiene un hermano con parálisis cerebral, que su segunda esposa se enfrentó recientemente a un cáncer o que fue padre por primera vez muy joven, con 23 años.
También se recoge su paso por Angola durante su infancia, su afición por la música -es amante de la ópera y tenía dotes como barítono- y su amor por la política desde muy pronto.
Retratado por quienes lo conocen como un líder racional, él mismo se define como un político "liberal", poco preocupado por lo que significa el poder y por cómo le recordará la Historia pese a llevar las riendas del país durante su peor crisis de los últimos años.