La historia de este burro "pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón", como era descrito por su autor, ha sido traducida a casi medio centenar de idiomas, sólo superado por La Biblia y Don Quijote de la Mancha. Platero y yo, la obra más popular del escritor andaluz Juan Ramón Jiménez se publicó por primera vez el 12 de diciembre de 1914, justo hace cien años, aunque la versión completa tardaría tres años más en ver la luz.
Es el burro más célebre de la literatura universal y por eso hasta Google ha querido celebrar su cumpleaños con un doodle en la página principal del buscador.
"Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...". Es una historia tierna y casi de lectura obligada en los colegios de España e Iberoamérica, pero no por ello para niños, según Juan Ramón Jiménez: "Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren".
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, descubrirá este viernes una placa conmemorativa de los 100 años de la primera edición de la obra en la sede de la Fundación Mapfre, situado en el Paseo de Recoletos, 25.
El Instituto Cervantes definió Platero y yo como un clásico de la literatura española del siglo XX un ejemplo de prosa poética modernista.
Juan Ramón planeó también una segunda parte, denominada Otra vida de Platero, pero nunca se convirtió en realidad.