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En el Círculo de Bellas Artes

Madrid se asoma a la historia y la belleza de las biblias en ladino

El Círculo de Bellas Artes muestra hasta el próximo 26 de octubre la que es, probablemente, la mayor exposición celebrada nunca de biblias en ladino.

Fueron impresas en Ámsterdam, en Venecia, en Salónica, en Estambul o en Livorno y ahora, siglos después, están en Madrid para que todo el mundo pueda contemplarlas en la que es, probablemente, la mayor exposición de biblias y textos bíblicos escritos en ladino que se ha organizado nunca, con decenas de ejemplares de varias épocas reunidos en una de las salas del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Se trata de la colección particular de un madrileño, Uriel Macías, que ha ido recopilando estas joyas bibliográficas durante los últimos 25 años, partiendo de la colección de libros en ladino que había empezado con su padre.

Más de 60 volúmenes entre los que se pueden encontrar, sobre todo, cuatro tipos de textos: biblias aljamiadas, es decir, aquellas en las que el ladino usa letras hebreas; biblias en ladino que utilizan el alfabeto latino, menos comunes que las anteriores; biblias en hebreo que tienen en sus márgenes anotaciones con la traducción al ladino de las palabras menos comunes y glosarios bíblicos que sólo recogen esas palabras más difíciles; y de Haftarot y otros libros oracionales que se usaban para determinados ritos en las sinagogas.

La portada de uno de los volúmenes en la exposición | C.Jordá

Joyas y curiosidades

Recorremos la exposición con Uriel Macías, que además de ser el coleccionista ha sido el comisario de la muestra. Nos enseña algunas de las joyas que se pueden ver, como la primera edición completa de la Biblia en ladino con caracteres hebreos, que se imprimió en Estambul entre 1739 y 1745 y de la que es muy poco habitual disponer de los cinco tomos en los que estaba dividida.

Es un precioso libro que incluye el texto en hebreo y en ladino –indistinguibles a nuestros ojos profanos- y, además, un comentario clásico de la Biblia. Su importancia no se debe sólo a tratarse de la primera edición de sus características, sino que la traducción al ladino –obra de Abraham Asá- fue la base de la que partieron la mayor parte de las posteriores traducciones bíblicas clásicas. Es, por tanto, un hito clave en la cultura sefardí.

Otra joya que podrán encontrar son los fragmentos de la Biblia de Ferrara, un auténtico momento clave en la cultura no sólo sefardí sino española en general: fue, en 1553, la primera edición del libro sagrado en lengua española que, además, usaba el alfabeto latino.

Podemos ver una edición facsímil y numerosas hojas sueltas de una edición original que han llegado a nosotros de una forma muy peculiar, tal como nos cuenta Uriel Macías: "Habían servido como material de relleno de la encuadernación de un libro cuyo título y procedencia desconozco".

Biblias en ladino… ¡y protestantes!

Sin duda uno de los aspectos más sorprendentes de la exposición son las biblias y los textos que recoge y que, pese a estar escritos en ladino, fueron publicados por misiones protestantes que trataban de evangelizar a los judíos que vivían en el Imperio Otomano.

Una actividad editorial que, sorprendentemente, se prolongó durante un siglo y que no sólo dio lugar a biblias en hebreo y ladino, sino también ediciones del Pentateuco o del libro de Salmos.

Incluso, como una curiosidad ciertamente llamativa, estos esforzados misioneros europeos llegaron a editar versiones en hebreo del Nuevo Testamento, de las que también podemos ver un ejemplo en la exposición.

Un glosario bíblico con traducción al ladino y al inglés | C.Jordá

La belleza de la edición

Algunos ejemplares realmente llaman la atención no sólo por su interés para el experto o el amante de lo relacionado con la cultura sefardí: su belleza tipográfica realmente llamará la atención incluso al más profano.

Por ejemplo, un bellísimo Libro de los Profetas editado a dos columnas que en la primera de ellas tiene "el original hebraico, con todas las perfecciones, en las letras puntos y taamim", tal y como explica en sus primera página, mientras que en "la segunda coluna" está "la traducción en lengua española" y no cualquier traducción, sino que los autores nos explican que "buscamos la palabra más propia en aquella lengua, para exprimir el sentido del texto". Y por si esto no es suficiente añaden "a las vezes alguna palabra inter ( ) lineas para mayor clareza".

Un bellísimo ejemplar de la exposición | C.Jordá

Libros antiguos y última tecnología

Le exposición no se limita a mostrarnos los libros en vitrinas, que por supuesto también, sino que utiliza algunos la tecnología para acercarnos mejor a su contenido y su significado: cada libro expuesto cuenta con un código QR que podemos leer con nuestro móvil y que nos lleva a la página del catálogo de la exposición dedicada a ese volumen.

Así se complementan las explicaciones de los grandes paneles que ofrecen un primer acercamiento a lo que vemos que, por otro lado, será suficiente para la mayoría de los visitantes.

También hay unos curiosos paneles que reproducen fragmentos bíblicos en los que se aprecian las pequeñas diferencias entre las distintas versiones del texto sagrado, según fuesen cristianas, hebreas o escritas en ladino.

Por último, el visitante más curioso podrá escuchar como se sigue recitando en ladino en la Sinagoga de Madrid, con un fragmento del Cantar de los Cantares que se reproduce en un Mac. De las biblias del siglo XVI a los ordenadores del XXI, ¿quién dijo que el ladino es una lengua muerta?

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