El libro 'El buen Ladrón' (Voz de Papel), escrito por el sacerdote canadiense André Daigneault y editado en español por el sacerdote Álvaro Cárdenas, descubre la figura del ladrón que fue crucificado a la derecha de Jesucristo y que se convirtió en el primer santo de la historia, San Dimas, canonizado directamente por Jesús.
"El Buen Ladrón no necesitó ningún milagro porque fue canonizado por Jesucristo, fue santo porque Jesús le dijo: 'Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso'", ha explicado el padre Cárdenas en declaraciones a Europa Press.
El Buen Ladrón, que al principio también insultó a Jesús, fue descubriendo en el camino hasta la cruz, quién era ese "misterioso personaje" al que acusaban de blasfemo, y se dio cuenta de que, a diferencia de todos los blasfemos que había conocido en su vida, Jesús no mostraba ni odio ni resentimiento sino que perdonaba a sus enemigos.
"Para él, Jesús no es un blasfemo y se abre en su corazón poco a poco esa evidencia de que es el Hijo de Dios y llega a esa conclusión por el milagro de la fe", apunta Cárdenas. Esto ocurre a pesar de que no había visto milagros y de que en ese momento viera a Jesús como una persona que había "fracasado", sintiendo un "abandono completo" de su padre.
Por ello, el libro se dirige a todos, creyentes y no creyentes, a los que han "fracasado", se encuentran "perdidos", sufren el rechazo de la sociedad o están "marcados por el dolor de la cruz" pero, de una manera especial, a quienes no conocen a Dios, como le ocurría al Buen Ladrón que finalmente, acabó "robando el cielo".
Según ha precisado el padre Cárdenas, de este personaje no se sabe nada más que el hecho de que "de bueno tenía poco" pues aunque no se conoce la causa de su pena, de su condena a muerte se desprende que habría robado o incluso cometido algún crimen.
Las únicas referencias históricas, según explica, son las que aparecen recogidas en los Evangelios en los que, en todo caso, también tiene un paso "fugaz" pues solo se sabe que le crucificaron a la derecha de Jesucristo, que le dijo 'Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino' y que este le respondió 'Hoy estarás conmigo en el Paraíso'.
Para Santa Teresita del Niño Jesús, "la doctora de la misericordia", el Buen Ladrón fue la imagen de la "misericordia de Dios" y, por ello, tuvo una gran devoción por él. "Ella comprendió muy bien que el hombre se salva no por sus obras buenas sino por el amor de Cristo y ella, que había experimentado este amor tan fuerte en su vida, buscaba en los Evangelios figuras que hubieran descubierto ese amor como ella", explica el experto.
Durante siglos, los Padres de la Iglesia, la liturgia y el pueblo celebraron a San Dimas, pero su devoción disminuyó. Ahora renace como imagen de la misericordia de Dios y de esas "periferias existenciales" de las que habla el Papa Francisco pues es el criminal rescatado por Dios en el último minuto.