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Pedro Fernández Barbadillo

Amnistía, palabra comunista

Amnistía era una palabra que adoptaron la oposición burguesa y los franquistas que se estaban maquillando de demócratas. Otra victoria en la 'guerra cultural'.

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. | EFE

El Imperio Progre ordena que hay que olvidarse de los asesinatos y las bombas de ETA, porque la banda terrorista ‘abertzale’ ya no existe (y porque su rama política es imprescindible para mantener el Gobierno de izquierdas); pero establece la ‘prueba de Franco’, por la que las personas y las ideas deben someterse a un examen de antifranquismo antes de ser aceptables en la sociedad.

La deconstrucción de la Nación y el Estado españoles no se limita a la cesión de competencias y de impuestos a esos entes absurdos llamados comunidades autónomas. Nadie afirmaría que la nación polaca no existió durante el largo siglo en que careció de Estado. Si los polacos sobrevivieron a esa situación, al igual que a la ocupación nacional-socialista y a la comunista, fue porque les unían elementos como la religión católica, la lengua y la historia. Estos mismos son los que están tratando de erradicar de España los nacionalistas y los izquierdistas.

¿Cómo se puede alterar el pasado, privilegio vedado a Dios, según los teólogos? Ocultándolo, denigrándolo y, lo que es peor, manipulándolo. De aquí el carácter letal de la ‘memoria histórica’. Ésta equivaldría a convertir en realidad las acusaciones de Hitler y Stalin a los polacos y los finlandeses de haber atacado a Alemania y a la URSS.

El proyecto de ley de Memoria democrática pretende establecer como verdad oficial con castigos para los disidentes la interpretación de políticos nefastos como Manuel Azaña y de historiadores sesgados como Manuel Tuñón de Lara de que en España ‘la marcha hacia la libertad’ iniciada en 1812 fue siempre interrumpida por absolutistas, cavernícolas, carcas, meapilas… y fascistas. De ser cierta esta interpretación, España sería el país más reaccionario de Europa. Quizás por eso merezca desaparecer.

Ahora un sector político trata de derogar la Ley de Amnistía de 1977. Desde hace años, la extrema izquierda (PCE, ERC, Bildu…) presenta esa ley como una argucia que la élite franquista arrancó a la débil (o claudicante, según las versiones) oposición con la amenaza de las bayonetas para conseguir su inmunidad. La verdad que hay que borrar es que la amnistía la reclamaron la izquierda y los separatistas, desde el PSOE, esa creación de los servicios secretos del franquismo y el Departamento de Estado de EEUU, al PNV, traidor a la República y chivato de la CIA. Yo vi entonces las pancartas y las pintadas firmadas por siglas de izquierdas. Pero mi memoria aquí no alcanza la condición de histórica y por tanto de canónica, porque no es políticamente correcta.

El discurso de Camacho

Del discurso de Marcelino Camacho en el Congreso de los Diputados del 14 de octubre de explicación del voto de los comunistas a favor de la Ley de Amnistía, recupero estas frases:

"Hay que decir que durante largos años sólo los comunistas nos batíamos por la amnistía. Hay que decir, y yo lo recuerdo, que en las reuniones de la Junta Democrática y de la Plataforma de Convergencia, sobre todo en las primeras, se borraba la palabra «amnistía» ; se buscaba otra palabra porque aquella expresaba de alguna manera -se decía- algo que los comunistas habíamos hecho, algo que se identificaba en cierta medida con los comunistas. Yo recuerdo que en las cárceles por las que he pasado, cuando discutíamos con algunos grupos que allí había de otros compañeros de otras tendencias -que después alguna vez la han reclamado a tiros- estaban también en contra de la palabra "amnistía"."

Sí, la amnistía era una palabra comunista que adoptaron la oposición burguesa y los franquistas que se estaban maquillando de demócratas. Otra victoria en la ‘guerra cultural’. Que ha tenido una segunda batalla, como la del Marne. En ésta la amnistía pasa de admirable a repudiable y de comunista a franquista. Y nueva victoria.

El PSOE está de acuerdo en derogar la Ley de Amnistía, siempre que ello no suponga apertura de juicios ni concesión de indemnizaciones. Es decir, para los socialistas todo se reduce a usarlo como elemento de superioridad intelectual y moral sobre los ‘moderados’ de derechas, la clase esclava del presente régimen. Incluso se quiere extender la mancha franquista a todos los Gobiernos de UCD, hasta 1982, cuando llega al poder el PSOE de Felipe González, el que organiza los GAL. Pero este terrorismo, como la corrupción de la Junta de Andalucía y de la UGT asturiana, era ‘bueno’… por ahora. Porque los políticos de extrema izquierda ya han recordado a sus ‘compañeros de viaje’ que hay ‘crímenes contra la humanidad’ imprescriptibles, declarados así por la ONU.

Entre esos crímenes, llama la atención que no se incluya el terrorismo, o sea, poner bombas para matar civiles. Seguramente porque más del 90% de los actos terroristas perpetrados en el último medio siglo los han cometido bandas de izquierda.

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