En agosto de 2021 se cumplieron quinientos años de la conquista de Tenochtitlán por Hernán Cortés. Y en septiembre se cumplieron los doscientos años de la entrada del Ejército Trigarante en la ciudad de México y la firma del Acta de Independencia del Imperio Mexicano. Por tanto, el dominio español sobre México abarcó trescientos años.
Según las corrientes indigenistas, masónicas y socialistas, esa época fue de opresión y pobreza. Los más fanáticos sostienen que los españoles estaban tan atrasados y los mexicas tan adelantados que éstos les enseñaron a los primeros a lavarse.
El periodista de La Sexta Iñaki López escribió que los conquistadores llevaron la esclavitud a Nueva España. La ignorancia y la hispanofobia son tan descomunales que López, que comparte apellido castellano con el presidente de México, no sabe o se olvida de que la esclavitud era habitual entre los indígenas, hasta el punto de que la intérprete (y amante) de Cortés, doña Marina, fue vendida por sus padres y luego regalada, junto con otras mujeres, por los caciques de Tabasco a los españoles… y liberada por éstos. Acabó como una señora, casada un capitán del gran conquistador y con dos encomiendas.
Para que los López se queden tranquilos, diremos que la abolición de la esclavitud en México la realizaron los independentistas a partir de 1824 en las Constituciones estatales, aunque tardó tiempo en ser efectiva.
Cuando se proclamó la independencia (por el rechazo de Fernando VII a enviar a un infante de la Casa de Borbón para que fuese coronado rey, como proponía el Plan de Iguala), el Imperio Mexicano era el cuarto estado soberano más extenso del mundo, con más de cuatro millones de kilómetros cuadrados. Poco más tarde, las oligarquías criollas empezaron a perder territorio en favor de Estado Unidos, entregaron las riquezas mineras a extranjeros y por último se dedicaron a masacrar a sus compatriotas de clase baja.
El legado español
¿Y qué dejó España en Nueva España a lo largo de esos 300 años? La lista de los beneficios recibidos es enorme, de modo que seremos breves y sólo enunciaremos unos pocos:
- El derrocamiento de un poder, el mexica, despótico, sanguinario y satánico, que imponía tributos de sangre a los pueblos sometidos. Éstos prefirieron la alianza con Cortés antes que defender una supuesta América indígena.
- El fin del canibalismo.
- La diversidad cultural, tan alabada hoy día cuando sucede en Europa o Estados Unidos. Gracias a la conquista, se instalaron en México europeos, asiáticos y africanos.
- La rueda y la explotación de los metales.
- La Real y Pontificia Universidad de México, fundada por el emperador Carlos V en 1551 y desmantelada en el siglo XIX por los republicanos.
- La Catedral de la Asunción de María de México, de la que se puso la primera piedra en 1571, reinando Felipe II.
- El alfabeto y la escritura de la lengua castellana y de varias otras lenguas indígenas.
- La industria del libro, con el establecimiento de la primera imprenta en 1539 y la declaración por una real cédula de 1558 del oficio de impresor como libre.
- La primera biblioteca pública de América, fundada por el obispo Palafox en Puebla en 1646.
- El calendario gregoriano, establecido por Felipe II en octubre de 1582, antes que en Inglaterra, Estados Unidos, Suecia, Turquía, China, Rusia…
- El comercio con España, China y Perú, con exportación de artículos como plata y tabaco.
- La cría de caballos, mulos, burros y bueyes, que hicieron la vida más cómoda a los indígenas, pues permitían el transporte de cargas a lomos de estos animales o en carretas, cuando antes las tenían que llevar ellos.
- La difusión de nuevos alimentos, fuesen animales (gallina, cerdo, cordero), o vegetales (trigo, naranjas, arroz, garbanzos, lentejas, plátano, berenjenas, manzanas…)
- Una legislación que convertía a los nativos más humildes en sujetos de derechos y frenaba los castigos que podían infligir los caciques y las autoridades españolas.
- La supresión del servicio militar exigido por los caciques para guerrear contra los vecinos.
- La fundación por Cortés del primer hospital en la ciudad de México, el de Jesús, en 1521. Y poco después el primer hospital para leprosos: el de San Lázaro.
- El primer hospital universitario, el Hospital Real de Naturales, que acogió la Real Escuela de Cirugía, y donde se estudiaban las medicinas y los remedios españoles e indígenas
- La construcción de nuevas ciudades, más luminosas e higiénicas que las de Europa, gracias a la aplicación del urbanismo de la ‘ciudad ideal’ renacentista.
- La vacuna de la viruela y las juntas de vacunación, que desaparecieron en las guerras del siglo XIX
Como se ve, los españoles dejaron en América mucho más de lo que, por ejemplo, dejaron los árabes en España, o los vikingos en Irlanda, o los mongoles en Asia, o los franceses en Costa de Marfil.
El Imperio español realizó la mayor transferencia de conocimientos de la historia hasta mediados el siglo XIX, en que los inventos y adelantos se vuelven incontables. Si fuese posible recrear en 2021 las condiciones de vida de los nativos americanos de 1490, los indigenistas tendrían que andar en taparrabos y las indigenistas vivirían sometidas a la poligamia.
El genocidio de los cristeros
La carta del papa Francisco al presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana contiene la siguiente frase:
"tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento"
Se trata de una referencia la Cristiada, la rebelión de los católicos mexicanos contra el Gobierno revolucionario que trató de erradicar el culto católico. En esa guerra, iniciada en 1926, el número de muertos se calcula en torno a un cuarto de millón y los asesinatos de jefes cristeros duraron hasta 1941. Hablar de esta guerra salvaje perpetrada por el régimen del PRI contra su pueblo es aún motivo de irritación para los laicistas.
Si Andrés Manuel López Obrador está convencido de que el perdón "es un acto que dignifica tanto al que lo ofrece como al que lo recibe", como ha dicho para seguir reclamando el arrepentimiento de España por la conquista y la colonización, podía empezar por pedir perdón por el genocidio de los cristeros.
Predicar con el ejemplo suele ser muy efectivo para convencer a los demás, pero es una conducta inexistente entre los progres. Por eso supongo que AMLO no se disculpará.
Sin embargo, aquí queda la propuesta para que el presidente mexicano, descendiente de españoles, como tantos de sus compatriotas, demuestre su sinceridad y nos dé una lección de humildad.