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Pedro Fernández Barbadillo

Richard J. Evans, historiador del Tercer Reich: "El apoyo de los protestantes a Hitler fue mayor que el de los católicos"

El historiador asegura que contra el Imperio británico, Estados Unidos y la URSS juntos, Alemania no tuvo ninguna posibilidad.

El historiador asegura que contra el Imperio británico, Estados Unidos y la URSS juntos, Alemania no tuvo ninguna posibilidad.
Hitler presencia un desfile militar | Cordon Press

La Segunda Guerra Mundial es el acontecimiento más popular del siglo XX. A pesar de disponerse de toneladas de documentos sobre él y de haberse escritos millones de libros, algunos de sus aspectos siguen siendo discutidos, y hay zonas de sombra. Aunque el embajador soviético Iván Maiski escribió que, "en la vida real, parece, todo es mucho más llano que en las novelas y los libros de historia", muchos prefieren las explicaciones misteriosas a sucesos sorprendentes. Hablamos con el historiador británico Richard Evans de algunos acontecimientos de esa guerra que para muchos siguen siendo inexplicables.

P: A diferencia de los teóricos de la conspiración, los antisemitas y los comunistas, yo no creo que todos los actos sean tramados por fuerzas oscuras o por razones ocultas. ¿Tiene explicación la declaración de guerra de Hitler a Estados Unidos, cuatro días después del bombardeo por los japoneses de la base de Pearl Harbor y cuando sus tropas retrocedían ante una contraofensiva soviética? No tenía la obligación de hacerlo y sin duda fue decisivo en su derrota.

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Richard Evans

R: Inmediatamente después de Pearl Harbor, Hitler declaró la guerra a Estados Unidos, que ya estaba enviando al Reino Unido y la URSS material militar y de otro tipo para luchar contra Alemania. Hitler quería la libertad de atacar a los buques de suministro que cruzaban el Atlántico y la declaración de guerra se lo dio. Pensó que Estados Unidos estaría completamente preocupado por la guerra en el Pacífico. Como de costumbre, subestimó en exceso la potencia y los recursos de Estados Unidos.

P: Me gustaría preguntarle por otra famosa ‘teoría de la conspiración’ de la Segunda Guerra Mundial. ¿Permitió el presidente Roosevelt el ataque a japonés a la flota del Pacífico para disponer de una excusa que le permitiese entrar en la guerra?

R: Mi libro trata sobre las teorías de la conspiración vinculadas con los nazis. Hay muchas otras teorías de conspiración en la Segunda Guerra Mundial, como la que menciona. De hecho, con la Ley de Préstamo y Arriendo y la Carta del Atlántico (que califica al régimen alemán de "tiranía nazi"), Estados Unidos ya estaba en muchos sentidos participando en la guerra. Y recuerde también que fue Hitler quien declaró la guerra a Estados Unidos, no al revés.

P: En 1940, el organismo Coordinación de Seguridad británica comenzó a trabajar en Nueva York con la misión de modificar la opinión pública en Estados Unidos, mayoritariamente aislacionista. Se le atribuye la creación de engaños sobre los planes alemanes para invadir Estados Unidos. Incluso la confección de un mapa de América del Sur rediseñado por Hitler que Roosevelt exhibió en octubre de 1941. Sin embargo, parece que su trabajo no fue muy efectivo, dadas las encuestas de la época, en las que los partidarios de participar en la guerra nunca fueron mayoría.

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Portada del último libro de Evans

R: Todos los bandos, incluidos los alemanes, intentaban influir en la opinión pública estadounidense. Realmente, ninguno de ellos lo logró.

P: Entre los tópicos que usted desmonta me ha llamado la atención su afirmación de que la Gestapo "era una pequeña organización". Es cierto que la Stasi comunista ejercía mayor control social sobre la población que la Gestapo. Entonces, ¿de dónde proviene la leyenda de la Gestapo todopoderosa?

R: A la gente le gusta imaginar que la Gestapo era omnisciente y omnipotente, pero esa es una excusa conveniente que nació con los alemanes en los años de la posguerra. Algunos han argumentado que el hecho de que la Gestapo haya recibido miles de cartas de gente común denunciando a sus compatriotas alemanes por delitos y faltas de todo tipo es una prueba del apoyo del pueblo al régimen, pero de hecho las personas que escribieron estas cartas fueron una pequeña minoría. La Gestapo obtuvo confesiones de los socialistas y comunistas resistentes mediante la tortura, obligándolos a nombrar a otros resistentes. Y también tenía una red de informantes pagados.

P: Si la represión que practicaba el régimen nazi era ‘pequeña’, ¿podemos decir que Hitler fue un dictador con aprobación popular?

R: La aprobación popular de Hitler fue alta en momentos como el Anschluss de Austria (1938) y la derrota de Francia (1940), pero baja en asuntos como la economía o la persecución a la Iglesia católica; muy alta en temas como la represión de la delincuencia, etc. El apoyo de los alemanes más jóvenes a Hitler fue más alto que el de los alemanes mayores; el los protestantes superior que el de los católicos; el de las clases medias más que las clases trabajadoras. Sin embargo, la aprobación del régimen cayó de manera constante desde 1943 hasta 1945.

P: ¿Cree usted que el Tercer Reich tuvo alguna oportunidad de ganar la Guerra?

R: No. La potencia militar y económica alemana no eran tan grande como la del Imperio británico, o la de Estados Unidos o la URSS, y contra los tres juntos Alemania no tuvo ninguna posibilidad.

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