Situado en la plaza Charles de Gaulle, en el extremo oeste de la avenida de los Campos Elíseos, en el mismo corazón urbanístico de París que fue ideado por el barón Haussmann, en medio de 12 avenidas en uno de los cruces más famosos del mundo, el Arco del Triunfo es el último símbolo de la vanidad y la fuerza militar de Napoleón Bonaparte.
En 1806 Napoleón concibió el Arco del Triunfo como un gran símbolo de su poderío militar para conmemorar la victoria en la batalla de Austerlitz. Fue diseñado por los arquitectos Jean Chalgrin y Jean-Arnaud Raymond, sin embargo, fue Luis Felipe I quien finalizó su construcción en 1836 tras la muerte de Napoleón. Dos siglos después, el colosal monumento aún representa el orgullo nacional francés y en torno a él se celebran varias conmemoraciones y actos de importancia nacional, como el día de la Victoria de 1945 (8 de mayo), el día de la Bastilla (14 de julio) y el día del Armisticio de la Primera Guerra Mundial (11 de noviembre). Bajo su arco se encuentra la tumba del Soldado desconocido desde 1921, tras la I Guerra Mundial, y la Llama Votiva, una llama eterna, que se añadió después.
Sus cifras no son nada despreciables: tiene una altura de 50 metros, un ancho de 45 metros y una profundidad de 22 metros. La bóveda grande mide 29,19 metros de alto por 14,62 metros de ancho, mientras que la pequeña mide 18,68 metros de alto por 8,44 metros de ancho.
Si lo que queremos es disfrutar de las vistas de París (este es otro de sus innumerables miradores) es realmente fácil subir a su azotea, a 50 metros de altura y después de 284 escalones llegaremos a nuestro destino. Desde lo alto se puede admirar el proyecto urbanístico del barón Haussmann y su concepción de organización y disposición de las calles.
Otra de las peculiaridades más sorprendentes y magníficas de este arco son las bellísimas imágenes esculpidas en la fachada, obra de tres artistas, entre las que destaca la figura alada de la libertad.
Napoleón nunca lo vio acabado
Aunque fue un encargo del emperador, se murió sin verlo terminado. La construcción del Arco del Triunfo se concluyó en 1836, quince años después de la muerte de Napoleón, que murió desolado en la isla de Santa Elena en 1821. Eso sí, al final pudo pasar por debajo de su Arco en 1940, cuando los restos de cuerpo fue trasladado al Palacio de los Inválidos, cerca del arco, donde se puede visitar su tumba
Tiene centenares de nombres grabados en sus paredes
Otra de las curiosidades del Arco del Triunfo es que en sus paredes blancas bajo la bóveda figuran los nombres de las 128 batallas de la primera República Francesa y del Imperio de Napoleón. Además se escriben junto con los nombres de los generales que participaron en ellas.
Es uno de los tres arcos alineados de París
Una de las curiosidades del Arco del Triunfo es que se encuentra alineado junto a otros dos más: el de Carrousel, junto al museo del Louvre, y el de la Défense, el barrio más vanguardista de la ciudad, ubicado en la zona de negocios. Podría decirse que el Arco del Triunfo es el nexo entre la Francia antigua y la moderna.
Un viaje a Roma fue la inspiración de su arquitecto
Su arquitecto, Jean Chalgrin, viajó a Italia donde pasó una temporada en Roma enviado por la Academia francesa. Allí se decantó por el estilo neoclasicismo y vio por primera vez el arco de Tito en el que se inspiraría para el arco del triunfo de París. En la capital italiana hasta el siglo IV, treinta y seis arcos de triunfo pudieron verse en sus calles. Solo quedan cinco en la actualidad.
Es el segundo arco del triunfo más grande del mundo
El Arco del Triunfo de París tiene una altura de 50 metros y una base de 45 x 22 metros. A pesar de esas dimensiones, no es el más grande del mundo. Ese honor corresponde al Arco del Triunfo de Pionyang, en Corea del Norte, que tiene una altura de 60 metros.
La tumba del soldado desconocido y la llama eterna
El Arco del Triunfo forma parte de los monumentos nacionales franceses que poseen una fuerte carga histórica para esta nación. A sus pies se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido de la Primera Guerra Mundial, en cuya superficie hay una inscripción: "Aquí yace un soldado francés muerto por la Patria 1914-1918", y una llama continuamente encendida que las asociaciones de antiguos combatientes reavivan todos los días a las seis y media de la tarde, conmemorando su recuerdo, que es revivido cada 11 de noviembre, aniversario del armisticio firmado en 1918 entre Francia y Alemania, que puso fin a la Primera Guerra Mundial.