Sabido es que el Frente Popular se hizo con el poder en la España de 1934 de un modo absolutamente ilegítimo, algo nuevamente demostrado en el estudio 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular de Roberto Villa García, Manuel Álvarez Tardío publicado en 2017. La memoria histórica de sus herederos ideológicos sigue negándolo, y eso a pesar de que científicos nada sospechosos como Santos Juliá, que en varias ocasiones se declaró públicamente de izquierdas, dejara dicho al recibir el Premio Nacional de Historia de España 2004 sobre el constructo ideológico conocido como memoria histórica:
No sé qué es defender la memoria histórica. Ni siquiera sé qué es la memoria histórica...La memoria es una cosa y la historia es otra.
De idéntico modo ocurre con la historia de la ciencia contemporánea española: los historiadores herederos ideológicos del Frente Popular han conseguido hacer creer a la sociedad que por ejemplo la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, más conocida por la JAE, fue obra de las izquierdas, cuando en realidad se puso en marcha en 1907 en plena monarquía parlamentaria católica de Alfonso XIII por las élites intelectuales del momento, básicamente conservadores y liberales, equivalentes a lo que hoy serían formaciones políticas como Ciudadanos o el Partido Popular.
Ya en 1931 las ideologías frentepopulistas dieron un primer aviso promoviendo la denominada Quema de Conventos, apenas un mes después de proclamarse la Segunda República, en la que se destrozaron obras de arte, centros educativos y bibliotecas con incunables irreemplazables. El 1 de agosto de 1936, el gobierno del Frente Popular promulgó la primera ley de depuración ideológica de la España contemporánea, que desencadenó el cese de 4575 maestros, fundamentalmente mujeres. Esta medida tan progresista sacó del escalafón del profesorado universitario a Américo Castro, Sánchez Albornoz, Luis Recasens, Hugo Obermaier, Luis de Zulueta, Agustín Viñuales, Alfonso García Gallo... La Escuela de Madrid de Filosofía, con el propio Ortega y Gasset, Xavier Zubiri o Enrique García Morente entre otros, desapareció. Pero ¿qué pasó con las instituciones emblemáticas de la denominada Edad de Plata, tales como la JAE o la Residencia de Estudiantes?
Residencia de Estudiantes de Madrid
La depuración del Frente Popular afectó directamente a los vocales de la JAE, siendo cesados Casares Gil, Juan de la Cierva, Amalio Gimeno (el ministro fundador de la JAE), Inocencio Jiménez, Luis Marichalar, José Marvá, Gabriel Maura, Sánchez de Toca, Jacobo Stuart Falcó, Jose María Torroja y Juan Zaragüeta, todos ellos de alto nivel académico. Más afectó a José Castillejo, secretario fundador de la JAE, detenido por miembros del Frente Popular como contó su esposa Irene Claremont de Castillejo en su novela Respaldada por el viento, donde escribió "La fórmula habitual de asesinar solía ser dar al individuo un paseo en coche, soltarle y, al echar a correr, pegarle dos tiros". José Castillejo salió de España reclamado por la diplomacia londinense, dejando escrito en su obra War of ideas in Spain (1937): "La revolución española, aunque empezada por intelectuales y habiendo buscado su inspiración en los libros, pronto se volvió un movimiento del instinto contra la razón... se ha permitido algunos de los métodos políticos de los peores períodos de la monarquía e incluso sus medidas de justicia han estado a veces teñidas por el espíritu de venganza".
La Residencia de Estudiantes, que llegó a tener laboratorios de investigación, estaba en el verano del 36 repleta de alumnos disfrutando de colonias de verano. Su director, Alberto Jiménez Fraud, por temor a sufrir un ataque por miembros del Frente Popular, solicitó para ella la inmunidad diplomática de las embajadas inglesa y norteamericana, que colgaron sus banderas inmediatamente. Pronto Ortega y Gasset, Menéndez Pidal, Patricio de Azcárate o Dámaso Alonso, con sus familias, pidieron a Jiménez Fraud asilo político. El entonces secretario de la JAE, Ramón Prieto Bances, que estaba amenazado de muerte por el Frente Popular y también refugiado en la Residencia, salvó la vida tirándose por una ventana cuando se presentaron a detenerle. Finalmente el Ejército del Frente Popular irrumpió brutalmente en la pacífica Residencia de Estudiantes y el Instituto Escuela, confiscando para uso militar sus instalaciones, algo que terminaría ocasionando la destrucción de su famoso Auditorium. Pero la brutalidad contra la ciencia no terminó aquí, por desgracia.
Por ejemplo Jorge de Silvela Loring (1881- 1936), fundador del Comité Hispano-Inglés junto con Jiménez Fraud y otros, y que fuera presidente de la Comisión Directiva de la Residencia de Estudiantes, fue abatido físicamente. Rufino Blanco y Sánchez (1861 –1936) científico dedicado a la pedagogía y a la filología, fue asesinado en Paracuellos del Jarama cuando contaba 75 años. La misma suerte corrieron Melchor Martínez Antuña (1889-1936) escritor, arabista y profesor universitario, o Julián Zarco-Bacas (1887-1936), elegido en 1930 académico de la Real Academia de la Historia, y nombrado correspondiente de la Spanish Society, de Nueva York, o Gonzalo Viñes Masip (1883-1936) miembro la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales, el Centro de Cultura Valenciana o el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de València, o Fidel Fuidio (1880-1936), arqueólogo que excavó importantes yacimientos, parte de cuyos materiales se exhiben hoy en el Museo de los Orígenes de Madrid, o Jorge Loring Martínez (1889 –1936), pionero en aviación civil y constructor de autogiros, o Zacarías García Villada (1879 – 1936), importante historiador medievalista miembro del Centro de Estudios Históricos y numerario de la Real Academia de la Historia, o Álvaro López Núñez (1865 - 1936), académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, o José María Susaeta Ochoa de Echagüen, licenciado en Medicina y doctor en Ciencias Naturales que trabajó en el Jardín Botánico igual que el joven farmaceútico y botánico Miguel Martínez. Tampoco hubo piedad con los estudiantes de la Universidad Internacional de Verano de Santander: fueron detenidos y asesinados en el barco-prisión "Alfonso Pérez" José María Corbín Ferrer, Guillermo García Leal de Ibarra, Emilio García Pérez, César González Tejerina, José Luis Martín García de Castro y Vicente Vallejo Angulo, que se encontraban haciendo algún curso en tan prestigiosa institución y serían considerados señoritos fascistas.
Después de lo dicho, que no es todo lo que hay, no parece que pueda sostenerse que el Frente Popular se llevase bien con la ciencia de la España de entonces.