Hispania Nostra acaba de incluir a tres conjuntos monumentales de la la provincia de Huesca dentro de su Lista Roja del Patrimonio. En concreto, la asociación denuncia "la situación crítica" en la que se encuentra buena parte del patrimonio artístico y monumental de la localidad, y recalca que, entre estas tres nuevas incorporaciones, una incluso fue declarada en su momento como Bien de Interés Cultural (BIC).
El primero de ellos es el conjunto de torreón defensivo e iglesia de Claravalls (Arén), construido a partir del siglo XI y de propiedad privada. Se trata de un torreón de tres plantas fechado en el siglo XVI —aunque posiblemente el primer tramo sea más antiguo—, que forma parte de un conjunto fortificado más amplio. A escasos metros se encuentra la iglesia, de origen románico, probablemente del siglo XI, de una única nave, ábside semicircular y dos capillas laterales, y una espadaña para albergar dos campanas en uno de sus muros. "Está en ruina generalizada y cubierto por vegetación, aunque el torreón mantiene un aspecto digno, al menos exteriormente", denuncia la asociación.
El segundo monumento oscense que acaba de ingresar en la Lista Roja del Patrimonio es la ermita de San Saturnino de Aguascaldas, en el valle de Bardají. Como el anterior, es del siglo XI y también pertenece a manos privadas. Se trata de una ermita de estilo románico lombardo. Consta de una nave encabezada por un ábside semicircular que permanece en pie junto con la parte inferior de los muros laterales. La zona sur no se conserva. Antiguamente se cubría por una bóveda de horno que no se ha conservado, a excepción de su arranque. También poseía una puerta de medio punto, pero tras los derrumbes del muro sur tampoco ha llegado a nuestros días. En la actualidad, denuncian desde Hispania Nostra, "no goza de ninguna protección y está a punto de derrumbarse por completo".
El último de los monumentos que acaban de entrar en la Lista Roja es la Torre de Fernando VI o Castillo Nuevo del camino viejo a Oza, del siglo XVIII. En el antiguo Camino a Oza, en el Valle del Echo, se pueden apreciar los restos de una edificación militar conocida como Torre de Ysil, cuya construcción se ha venido adjudicando a Tiburcio Spannocchi en tiempos de Felipe II, hacia 1592. Erróneamente, según algunas fuentes, se ha tendido a confundir el complejo en ruinas de Spannocchi con la Torre de Fernando VI, mandada construir por el monarca a mediados del siglo XVIII. El ingeniero militar que proyectó la edificación de la torre o castillo nuevo fue Juan Martín Zermeño. Tras una mala intervención hace 20 años, su deterioro ha continuado hasta el punto de que hace tres años se desplomó el lienzo norte. Recientemente se ha desmoronado también parte del lienzo este, cuyos cascotes han colapsado el camino, siendo retirados para permitir el paso de los transeúntes. "Pese a estar declarada Bien de Interés Cultural", explican desde la asociación, "se encuentra en estado de abandono y presenta peligro de derrumbe".