Al igual que Cervantes, Lope de Vega, Santa Teresa de Jesús o Cristóbal Colón, ahora resulta que Calderón de la Barca también era catalán. Su nombre real fue Felip Ramon Calders, según el Institut de Nova Historia, y sólo habría adoptado el pseudónimo por el que se le recuerda en su camino a Madrid, después de haber abandonado Cataluña tras la Guerra dels Segadors.
Un artículo de David Morán en el diario ABC se hace eco de este nuevo "fichaje" del independentismo catalán, que ahora ha querido adueñarse del autor de La vida es sueño con la publicación de Calder o la dramatúrgia catalana al servei de la monarquia (Llibres de l’Índex), ensayo que "será también uno de los grandes protagonistas del nuevo ciclo de conferencias ‘sobre la censura y la manipulación de la historia de Cataluña’ que impulsa" el Institut.
El ciclo se inició ayer con una con una conferencia titulada 'De Colón a Drake, cien años de catalanes en América', y se prolongará en los próximos días. Pero regresando al caso concreto de Calderón, el libro que defiende su catalanidad ha sido escrito por Pere Coll, autor también de Les identitats catalanes de Cervantes. Cervera o Servent (Llibres de l’Índex), y fundamenta su tesis principal en "el hallazgo de un supuesto manuscrito de Castillo Solórzano en el que se refería a Calderón como Calders". También "encuentra similitudes entre el escudo de Calderón de la Barcelona y el de la familia Calders de Segur", y atribuye su "tránsito de las comedias a las tragedias a su huida de la Cataluña tras la Guerra dels Segadors".