Cuando los supervivientes de la expedición de Magallanes supieron que los portugueses les perseguían, se dividieron en los dos barcos que quedaban y tomaron dos rutas distintas. La Trinidad, mandada por el burgalés Gonzalo Gómez de Espinosa, trató de regresar a través del Pacífico y fracasó. Este océano sólo lo abriría a la navegación Andrés de Urdaneta en 1565. El guipuzcoano Juan Sebastián Elcano, con la Victoria, aproó al Índico, pero muy al sur, para escapar de las naves portuguesas.
Navegaron por uno de los mares más desolados del planeta y en una zona de vientos y corrientes contrarias. En marzo de 1522 avistaron una isla en la que no pudieron desembarcar y a la que dejaron innominada. Los españoles no gastaban nombres en bautizar los lugares que no les interesaban. En 1633, un holandés la llamo Ámsterdam. ¡Qué desperdicio para un peñasco inhóspito!
En el continente americano, por el contrario, los conquistadores y colonizadores españoles desparramaron nombres para valles, picos, llanuras, islas, bahías, ríos, lagos, desiertos, peñas, ciudades y fuertes, como desparramaron las semillas de las plantas que llevaron. Agotaron el diccionario y el santoral, de modo que repitieron muchos de ellos.
Nueves estados con nombre español
La presencia española en Estados Unidos es omnipresente. Sólo los estados más al norte y la Alaska limítrofe con el Ártico están libres de las huellas españolas. Cuanto más detallado sea el mapa del país que hojeamos, más nos abrumarán los nombres en nuestra lengua.
Estados: Oregón, Arizona, Nuevo México, Florida, Texas, Nevada, Colorado, California y Montana (de este último se cayó la virgulilla para facilitar su pronunciación a los angloparlantes).
Ciudades: Los Angeles, San Antonio, Albuquerque, San Francisco, El Paso, San Diego, Santa Fe, Galveston, Boca Ratón, Sacramento, Corpus Christi, Laredo, Fresno, Las Vegas… La ciudad más antigua del país poblada de manera ininterrumpida la fundó en 1565 el grandísimo navegante asturiano Pedro Menéndez de Avilés. Se trata de San Agustín de Florida.
Ríos: Colorado, Nueces, Grande, San Juan, Virgen, Dolores, Blanco, Rojo, Salado, Verde, Pecos, Cimarrón, Brazos, San Joaquín…
Accidentes geográficos: Cabo Cañaveral, Cayo Vizcaíno (Key Biscayne), Llano Estacado, isla de Alcatraz, isla Matagorda…
Entre esta herencia española incluso hay alguna aportación científica: el Spanish Aerocar. Un transbordador inaugurado en 1916 sobre las cataratas del Niágara, diseñado por el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo y construido por su hijo. Todavía está en funcionamiento.
La derrota de la comanchería
Por fin se conoce el aporte español, en sangre y dinero, a la independencia de Estados Unidos, pero son menos conocidas otras campañas militares españolas.
En 1706, mientras en la España europea combatían ejércitos en la guerra de Sucesión, Juan de Uríbarri alcanzó el asentamiento de El Cuartelejo, en la ribera del río Arkansas, y lo convirtió el punto más septentrional del Imperio español en América.
En 1720, el intento de extender la soberanía española más al norte fracasó. El gobernador de Nuevo México envió una expedición mandada por Pedro de Villasur para conocer la infiltración de franceses en las Grandes Llanuras. El 14 de agosto, los españoles y sus aliados apaches y pueblos fueron atacados lo que hoy es Nebraska por los pawnee con la colaboración de los franceses, tal como contaron los supervivientes y como aparecen aquellos en la pintura de la batalla en una piel de búfalo.
En el siglo XVIII, los comanches levantaron un imperio gracias a los caballos llevados por los españoles. 20.000 comanches se desplazaban por el centro de Estados Unidos gracias a 200.000 caballos. Atacaban a franceses y españoles, y también a otros pueblos nativos. Los apaches propusieron a los españoles una alianza para combatir a la comanchería. El gobernador y militar Juan Bautista de Anza derrotó y mató al jefe Cuerno Verde en Colorado Springs. Fue en 1779, cuando los rebeldes de las Trece Colonias luchaban por su independencia entre los Apalaches y el Atlántico. Los comanches aceptaron la paz unos años más tarde.
El dólar, una copia del real de a ocho
La primera moneda de circulación mundial fue el real de a ocho español, acuñado con la plata de la Nueva España y de Potosí, mucho antes y durante más tiempo que la libra esterlina británica.
Se dice que las columnas y la cinta del "Plus Ultra" de los reales inspiraron el signo del dólar estadounidense. Pero la influencia española va más allá del símbolo. El dólar de plata de Estados Unidos nació por una ley de 2 de abril de 1792, en la que se tomó como base la Piastra, palabra con la que los indígenas mexicanos se referían al Real de a Ocho. La equivalencia en peso con el Real de a Ocho español era casi idéntica, para lo que se habían pesado en el Tesoro numerosas monedas españolas. El dólar se ajustó a otro patrón ponderal más sencillo, el de base decimal implantado en Francia por los revolucionarios, por decisión del secretario de Estado Thomas Jefferson. Éste pretendía financiar a los grupos separatistas del Imperio español y desestabilizar el comercio español con el dólar de plata, pero no le funcionó.
Estados Unidos arrebató a México todo el territorio al norte del río Grande en la guerra de 1846-1848. El descubrimiento de oro en California recién conquistada causó el descenso del precio de este metal y fue uno de los factores que permitió al Gobierno de Washington en 1857, en vísperas de la guerra de Secesión, retirar todos los pesos, ya tuviesen el busto de un rey español o los símbolos de la república mexicana.
Banderas con referencias españolas
Un informe del Hispanic Council redactado por Juan Ignacio Güenechea muestra que seis banderas estatales tienen referencias a España: Alabama, Arizona, Montana, Nuevo México, Florida y Arkansas.
El diseño actual de la bandera de Florida se adoptó en 1900. Mediante una enmienda se agregaron barras rojas diagonales en la forma de una cruz de San Andrés. Antes, la bandera solo contaba con el sello del estado sobre un fondo blanco.
La bandera del estado de Alabama se aprobó el 16 de febrero de 1895 y es una cruz de San Andrés carmesí en un campo blanco. En su escudo de armas aparecen los emblemas de los cinco países que tuvieron soberanía sobre Alabama: España, Francia, Gran Bretaña, la Confederación y los Estados Unidos. El símbolo español es el pendón de Castilla y León.
El historiador Ralph Emerson Twitchell diseñó la primera bandera del estado de Nuevo México en 1915, la cual no tenía ninguna referencia a la influencia española. En 1923 se realizó un concurso de diseño para escoger un nuevo emblema que representara la "identidad única de Nuevo México". El ganador fue el médico y arqueólogo de Santa Fe Harry Mera. En la bandera aparece el antiguo símbolo del sol Zia, sagrado para los nativos, del que irradian cuatro puntos o rayos, porque ese número también es sagrado. El legado español consiste en los colores de la bandera: amarillo y rojo.
La bandera de Arizona, que ingresó en la Unión en 1912, se aprobó en 1917. La estrella de color cobre que se encuentra en el centro representa la industria minera del cobre y el azul en la mitad inferior el río Colorado. En la mitad superior se ven trece barras que honran a las colonias originales de EEUU. Estos rayos también hacen referencia a un sol poniente, y sus colores son rojo y dorado, escogidos para recordar la presencia española.
Arkansas incluye su nombre en la bandera (1913) y debajo de ésta aparecen tres estrellas blancas en homenaje a las naciones que ejercieron su soberanía sobre el territorio. Una de ellas es para España.
La bandera de Montana es una representación del sello del estado en un fondo de color azul. El sello muestra símbolos de la historia y las bellezas naturales del estado. En la parte inferior del sello aparece una cinta con el lema del estado "Oro y Plata". El diseño original, dice Juan Ignacio Güenechea, era incorrecto gramaticalmente: "Oro el Plata".
"Seis banderas sobre Texas"
En Texas la referencia a España se encuentra en el reverso del sello estatal, modificado en la segunda mitad del siglo pasado. La mitad inferior del escudo está dividida en dos partes. En la parte izquierda hay una representación del cañón de la batalla de González y en la parte derecha una imagen del puente de Vince. En la parte superior aparece una representación de El Álamo.
Rodean el escudo ramas de roble y olivo, y las banderas desplegadas del Reino de Francia, el Reino de España, México, la República de Texas, los Estados Confederados de América y los Estados Unidos de América. Este motivo arranca de uno de los lemas oficiales del estado, que es «Seis banderas sobre Texas».
En conclusión, quienes tratan de extirpar lo español de México, de Bolivia, de Venezuela, de Estados Unidos y hasta de Cataluña, son como esos locos que creen que se arrancan la piel para expulsar el monstruo que creen que les devora. Se hacen daño a sí mismos y, también, a los demás.