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Juan Manuel Sabugo

50 datos imprescindibles del 50º Aniversario de la llegada del hombre a la Luna

Los ciudadanos del siglo XXI imaginamos con naturalidad los viajes interestelares o las naves espaciales. Es necesario acercarse a las magnitudes reales del primer viaje del hombre a la Luna para valorar esta titánica hazaña.

Los ciudadanos del siglo XXI imaginamos con naturalidad los viajes interestelares o las naves espaciales. Es necesario acercarse a las magnitudes reales del primer viaje del hombre a la Luna para valorar esta titánica hazaña.
Cordon Press

…el espacio está ahí, y lo vamos a escalar, y la Luna y los planetas están ahí, y las nuevas esperanzas de conocimiento y paz están ahí. Así pues, al iniciar esta singladura pedimos la bendición de Dios para la aventura más peligrosa, arriesgada y titánica en que se ha embarcado el ser humano jamás.

John F. Kennedy, 12 de septiembre de 1962.

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Panorámica construida a partir de las fotografías históricas tomadas desde la superficie lunar.

El diámetro de la Luna es de 3.500 kilómetros (1) y se encuentra a unos 384.000 kilómetros (2) de la Tierra cuyo diámetro es de 12.700 kilómetros (3). Para que nos hagamos una idea de las proporciones: si la Tierra fuera una pelota de baloncesto (4) y se encontrara situada en la canasta de un campo oficial de la NBA, la Luna sería del tamaño de una canica mediana (5) y estaría situada en la línea de 3 puntos (6). Según esto, la distancia de la Tierra a la Luna es aproximadamente 30 veces el diámetro de la Tierra (7). ¿A que ya lo ves de otra forma?

Para conseguir que los 3 tripulantes del Apollo 11 llegaran a la Luna, hizo falta una nave con la altura de las Torres Colón de Madrid (8) y el peso de 500 elefantes (9). La mayor parte de la nave era un enorme cohete dividido en tres etapas (10), cada una de ellas con sus enormes depósitos de combustible y con sus motores de Hidrógeno y Oxígeno (11). Una vez se acababa el combustible de la etapa, se desprendía y dejaba al descubierto el motor de la siguiente. Esta enorme mole de combustible y motores estaba diseñada para funcionar durante unos 20 minutos (12) sumando las tres fases.

Sin embargo los astronautas sólo disponían de un módulo de mando de 6 metros cuadrados (13), un módulo de servicio y un módulo lunar que sería la única parte que aterrizaría en la Luna y cuyo nombre era Eagle (Águila) (14).

El despegue

En el momento del despegue la nave tardaba 10 segundos (15) en sobrepasar la torre que le mantenía de pie antes del lanzamiento. Era el momento más crítico de la misión. Para minimizar el riesgo de explosión, Saturno V se inclinaba separándose de la torre a la vez que se rociaba con 1 millón de galones de agua (16) para evitar que los motores se sobrecalentaran al superar el 95% de su empuje (17). En ese instante se consumieron 15 toneladas de combustible por segundo (18) que son casi las cifras de consumo de gasolina de todos los coches en España (19) en cualquier ‘operación salida’. El despegue fue seguido por 500 millones (20) de espectadores en todo el mundo desde sus televisores, algunos de ellos por primera vez, en color. Un récord mundial sin precedentes.

Una vez la nave hubo recorrido 215 kilómetros (21) y había quemado 2 de las 3 etapas (22) de su cohete, permaneció durante 3 horas (23) dando 2 vueltas (24) completas alrededor de la tierra para asegurar su integridad. Entonces encendió su tercera etapa en dirección a la Luna hasta alcanzar una velocidad de 45.000Km/h (25), 45 veces (26) más rápido que un avión comercial.

La nave continuó volando hacia la Luna durante 2 días (27) ya sin la impulsión de los motores y con la configuración final del Módulo de Mando, Módulo de Servicio y el Módulo Lunar (28). En el espacio, al no existir aire, las cosas continúan eternamente en movimiento, sin embargo, aunque muy disminuida, la gravedad terrestre siguió actuando haciendo que la nave frenara hasta los 3.700 Kilómetros/hora (29). Sería su velocidad mínima en el viaje ya que, en ese punto, quedaría una sexta parte (30) del camino y la luna empezaría a atraerlos acelerándoles lentamente hasta alcanzar la velocidad de 9.000 Kilómetros/hora (31). Entonces tuvieron que usar el motor del módulo de servicio junto con sus 12 cohetes-motor (32) para frenar la nave y ponerla en órbita lunar.

La llegada

El Eagle se desacopló con los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin Neil en su interior de pie y sin asientos (33), mientras Michael Collins se quedó en el Columbia (34). Armstrong, a 15 kilómetros (35) de la superficie de la Luna empezó a pilotar la nave frenando su descenso muy lentamente a sólo 3 metros/segundo (36), la velocidad con la que se mueve un ascensor de un centro comercial (37). En la anterior misión del Apollo 10 (38) se había llegado hasta este punto. A partir de ahora, todo lo que se hizo sería por primera vez. Armstrong decidió sobrevolar la superficie mientras descendía para buscar un buen lugar para el aterrizaje. Fue guiado por la estación de seguimiento de Fresnedillas (39), en España. Con el combustible consumido en un 90% (40) y a 1,70 metros (41) de la superficie, pararon el motor y se dejaron caer suavemente. "Houston, aquí base Tranquilidad (Tranquility). El Águila se ha posado".

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Documento esquemático de la Nasa sobre el aterrizaje

Después de 6 horas (42) dentro del Eagle, Armstrong abrió la escotilla, desplegó el brazo lateral con la cámara que emitiría las imágenes en directo y bajó por la escalera. El último peldaño quedaba a 1 metro (43) de la superficie de la Luna ya que el aterrizaje había sido tan suave que los amortiguadores no habían flexado. Se cercioró, sin soltarse, de que podía maniobrar para subir de nuevo y, entonces, se soltó de la barandilla dejándose caer. "Un pequeño paso para un hombre, un enorme salto para la humanidad". Estas palabras se pronunciaron a las 2:56 horas del 21 de julio de 1969 (44).

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El Presidente Richard M. Nixon recibe a Neil A. Armstrong, Michael Collins y Edwin E. Aldrin Jr.

2 horas 31 minutos y 40 segundos (45) fue el tiempo que los astronautas estuvieron caminando sobre la Luna. Mientras tanto, realizaron fotos, completaron multitud de experimentos científicos y recogieron 22 kilos (46) de rocas lunares. Tras casi un día en la superficie de la Luna, el módulo lunar despegó y fue al encuentro de Michael Collins que les esperaba dando vueltas en órbita lunar. Ambos módulos se acoplaron, trasladaron todo el material al módulo de mando y abandonaron el módulo lunar. Sólo quedaba apuntar a la Tierra y encender los motores durante 2,5 minutos (47) para coger la velocidad suficiente. La enorme gravedad del planeta azul hizo el resto atrayéndoles directamente a casa.

Eran exactamente las 18:50 horas del 24 de julio de 1969 (48) cuando el módulo de mando amerizó en el Océano Pacífico, cerca de Hawái (49). Habían pasado 8 días, 3 horas y 18 minutos (50) desde que Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr. apodado Buzz, y Michael Collins despegaron de cabo Cañaveral.

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