El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió por carta al rey de España Felipe VI y al papa Francisco que se disculpen por los abusos cometidos por los españoles durante la conquista del actual México. Exigió que se "haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos".
La historiadora María Elvira Roca Barea, autora de Imperiofobia, ha levantado su voz en esRadio para poner cordura al asunto y evidenciar el sinsentido de esta petición del presidente mexicano. "López Obrador quiere encontrar culpables, pero ha errado el tiro. Si realmente quiere que los descendientes de aquellos conquistadores horribles, bárbaros y malísimos se disculpen, debe buscar en su propio país. Es irracional pensar que los descendientes de los conquistadores están en España", aseguró la escritora, al mismo tiempo que le recomendó que demandara este mismo perdón "a los descendientes de los aztecas que también conquistaron el Valle de México unos 200 años antes".
María Elvira Roca habló de "una maniobra de distracción" usada por las élites criollas "para tapar la incapacidad manifiesta que han tenido para gestionar sus países de una manera eficaz". "Los problemas de México no se van a acabar así", insistió.
"Es un discurso de autoexculpación, es como decir 'de los problemas del presente yo no tengo la culpa'. Sacas el fantasma del demonio español del armario y te sirve para cualquier tipo de distracción", consideró la profesora gaditana. "El problema no es el daño que pueda hacer a España, pues es un discurso muy viejo, sino que hace daño al propio México porque ahonda en la aversión histórica autodestructiva. México no tiene otra historia".
Preguntada, por último, si puede sostenerse la imagen que se vende de Hernán Cortés como un genocida y conquistador, fue rotunda: "Eso no se sostiene por ningún lado. Cortés llegó primero con 500 hombres, y a Tenochtitlán sólo con 300. ¿Quién conquistó Tenochtitlán? Pues los totonacas y los tlaxcaltecas fundamentalmente, que eran como 80.000. Esa victoria contra la tiranía azteca siempre se la atribuyeron los propios pueblos indígenas, por cierto, que consideraron que Hernán Cortés les había ayudado, nada más. Es con estos pueblos con los que se firman pactos que duran siglos, en los que existieron poquísimos altercados. México entonces gozó de un periodo larguísimo de paz y prosperidad que nunca más ha vuelto a tener".
Quizás por eso, animó a López Obrador a conocer la historia real de Hernán Cortés sin esa sombra de la Leyenda Negra.