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El Santuario de Regla en Chipiona se asienta sobre una iglesia paleocristiana y una fortaleza almorávide

Con este descubrimiento el nacimiento del santuario en su forma de iglesia paleocristiana se retrasa casi siete siglos, desde el siglo XIV al VII.

Con este descubrimiento el nacimiento del santuario en su forma de iglesia paleocristiana se retrasa casi siete siglos, desde el siglo XIV al VII.
Santuario de Regla | SpainOnLine

Se conocía desde hace años la relevancia de Chipiona, no sólo para la Iglesia por su virgen de Regla, sino para romanos, visigodos y árabes. Por poner un solo ejemplo, hace diez años se celebraron las primeras jornadas históricas de Regla en la ciudad gaditana. Una de sus ponencias fue precisamente del profesor Antonio Ramos Millán, de la Universidad de Granada, que hace más de un mes dijo creer haber descubierto los restos de una iglesia paleocristiana o visigótica bajo el actual santuario de Regla, a orillas del Atlántico y a muy pocos kilómetros de Sanlúcar de Barrameda.

En aquellas jornadas se trató, y fue una siembra fecunda, el camino para rehacer la historia local. Con motivo del 400 aniversario del nombramiento de Nuestra Señora de Regla como Patrona de la ciudad, se trató un conjunto valiente de temas, desde la presencia romana a la historia del papel del santuario en la fundación del antiguo obispado de Medina Sidonia, pasando por la historia medieval de la ciudad. Todo un semillero de descubrimientos, como parece estar siendo ahora.

Hace más de un mes, el diario ABC y su cabecera gaditana, La Voz de Cádiz, informaban que el equipo de arqueólogos del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, encabezado por Antonio Ramos Millán, había descubierto dos conjuntos arquitectónicos singulares y totalmente conservados, encubiertos y camuflados en el uso actual del edificio histórico del Santuario.

Uno de ellos es una iglesia monacal paleocristiana de dos plantas, de origen visigodo y larga vida mozárabe, que cuenta con una gran cripta o iglesia subterránea

El otro, es el Ribat —una especie de pequeña fortaleza o castillo con alojamientos para fieles defensores del Islam— de un gran conjunto monumental islámico sufí de origen almorávide de 3,5 hectáreas de extensión, esto es, bien grande, como tres campos y medio de fútbol. Se ha conservado la mezquita principal, el patio de abluciones y la cerca coronada de almenas.

Según el investigador granadino, el actual Santuario-Monasterio de Regla, primero agustino y finalmente franciscano, engloba a ambos yacimientos y por ello forman parte de "un patrimonio único y excepcional en nuestro país". A partir de ahora, Chipiona una ciudad agrícola, pesquera, vinatera y sobre todo turística, será un hito en el patrimonio histórico andaluz y español.

Hoy, el diario El País se hace eco de la noticia recogiendo el hallazgo que cree haber hecho el profesor Ramos Millán, a saber, que el actual monasterio de Regla alberga dos plantas de una iglesia visigoda del siglo VII que, posteriormente, fue reutilizada como castillo y mezquita almorávide, también desconocidos hasta ahora.

Con este descubrimiento, el nacimiento del santuario, en su forma de iglesia paleocristiana, se retrasa nada menos que casi siete siglos, desde el siglo XIV al siglo VII. Como en una investigación detectivesca, dos han sido los indicios que han conducido a la nueva teoría arqueológica: un ventanal con parteluz que pasaba por reciente y una cámara subterránea sin explicación útil.

Dicha cámara, de 15 metros de largo y 4,5 de ancho, se conserva bajo el actual monasterio y anexa a la actual iglesia, que fue construida el siglo pasado. Tiene sobre sí una bóveda de cañón con tres arcos de medio punto y data del siglo VII. Tiene un pozo de agua y elementos que hacen pensar en las catacumbas y los enterramientos de los mártires.

Su ubicación hizo que fuera un espacio usado para los menesteres diarios de los monjes, desde bodega o refugio o como escondite de la Virgen de Regla en la Guerra Civil. El espacio era conocido de antaño por los monjes franciscanos que hoy habitan el edificio.

El caso de la ventana es diferente y fue lo que dio origen a las pesquisas arqueológicas. Es una ventana con dos arcos de herradura separados por una columna o parteluz que se creía mudéjar, pero según Ramos Millán su origen puede ser muy anterior. De hecho, defiende que es de origen visigodo, que fue conservado por los mozárabes, cristianos que vivieron bajo la invasión y dominio musulmanes, hasta que llegaron los fundamentalistas almorávides y convirtieron el edificio en una fortaleza para combatientes islamistas.

La ventana, según el investigador, fue redecorada al estilo almorávide y así lo defendió en sus publicaciones. Pero es que el castillo o ribat almorávide se conserva casi completamente. Ahora es parte de un Santuario que todavía esconde muchos elementos que permitirán elevarlo a categoría esencial de la historia de Andalucía, de España y de la Iglesia.

La antigüedad de la Virgen de Regla ya era conocida

Hay un estudio, realizado por Rafael Lazcano, sobre Nuestra Señora de Regla en la obra inédita Historia sacra, de Diego de Carmona Bohórquez (1590 ¿-1653), agustino, que la compuso en la primera mitad del siglo XVII. En ella se dice, y parece ajustado a los nuevos descubrimientos que "los orígenes remotos de la imagen de la Virgen de Regla aparecen ilustrados por tradiciones que se retrotraen al tiempo de los apóstoles. Desde el siglo V su suerte aparece ligada a San Agustín y a los seguidores de su Regla: los ermitaños, los canónigos regulares y la Orden Agustiniana".

Carmona Bohórquez era natural de Chipiona. Se crió y estudió en Sanlúcar de Barrameda. Hizo el noviciado en el convento agustino de Chipiona y allí vivió muchos años, habiendo escrito la primera crónica de Chipiona y la historia de Nuestra Señora de Regla.

Y escribe: "Aunque mucho han sepultado los tiempos pasados, mucho vive en los presentes, de memorias, y grandezas que hoy, en observación a la visita, en su santa casa bizarra si mudamente preguntan hazañas honorificas suyas tan aclamadas, de las gentes, cuanto asegurados, por informaciones de su verdad, en modo tan alto, tan sugeridor, y de tanto realce que por su notoriedad".

En el prólogo de su libro manuscrito puede leerse: "Ofrezco y presento a todos los cristianos, la noticia de una antiquísima imagen de la Reyna de los cielos María Santísima, llamada generalmente Santa María de Regla; la más única, rara y milagrosa, y de las más venerables que han conocido los hombres ni han adorado las edades, tan celestial, tan divina, tan misteriosa y deífica reliquia, cuanto fueron sobrenaturales y levantados los medios por donde la hubieron los que hoy la gozan, la obtienen, la sirven y reverencian."

De sus orígenes visigodos, el cronista agustino los asume completamente y añade que "el rey don Rodrigo estuvo en la ermita de Nuestra Señora después de vencido" en la batalla de Guadalete en la segunda quincena de julio del año 711 y que presenció el ocultamiento de la "imagen africana" por el prior Simeón, con el fin de que no se profanase la imagen de Nuestra Señora.

Luego dice que hasta entonces había sido venerada en aquel lugar unos "doscientos y ochenta y tres años", lo que sitúa su culto antes incluso de la etapa visigoda, hacia el año 428. Luego, desde 711 permaneció casi 700 años oculta en un "arca con llave", bajo una bóveda sellada con una "losa blanca" y recubierta de arena.

Lo que dice sobre la fábrica del monasterio santuario es que la Virgen de Regla fue una de tantas imágenes escondidas por los cristianos en tiempo de la persecución e invasión árabe, si bien la tradición se remonta hasta la edad apostólica y al mismo San Agustín. En el siglo XIV, la imagen de la Virgen se apareció a un canónigo regular de San Agustín, devoto de María en León.

El monje vino a Chipiona y guiado por una misteriosa luz descubrió una cueva en la que había una lámpara encendida, un altar y un arca de cedro que contenía la imagen de la Virgen de Regla. El dueño del lugar era Pedro Ponce de León, segundo señor de Marchena, quien accede a entregarle un castillo que posee a treinta pasos al sur de la aparición icónica de la Virgen. Si era o no el castillo almorávide ahora descubierto, habrá que comprobarlo. Lo cierto es que la fortaleza se transformó en convento y santuario y que una comunidad de canónigos regulares leoneses, seguidores de la Regla de San Agustín, se hicieron cargo de honrar a la Virgen de Regla de 1330 a 1399. Allí estuvieron hasta la desamortización de Mendizábal y en 1882, el santuario pasó a manos franciscanas.

Esta nueva historia de Chipiona y su monasterio no ha hecho más que empezar.

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