Los expertos están maravillados con los últimos hallazgos encontrados en el yacimiento del Turuñuelo de Guareña, en la provincia de Badajoz. Ofrecen nuevas informaciones sobre la etapa final de Tartesos, la civilización asentada en el suroeste de la península Ibérica hasta el 500 a.C.
Se trata de un edificio de dos plantas, destruido por sus propios propietarios, que revela los avanzados conocimientos de construcción que poseían. Tiene un corredor que rodea la edificación y una escalinata de once peldaños. Ha llamado la atención de los investigadores el hallazgo de los pies de una escultura griega de mármol, un material que solo había sido documentado en la península durante la época romana.
Asimismo, se han encontrado los huesos de una persona adulta, probablemente un varón que rondaría los 167 centímetros de altura. Se encontraba junto a una serie de objetos de los que destacan dos braseros de bronce. Las piernas y el cráneo están bien conservadas a pesar de haber permanecido bajo el peso de otros materiales. El estudio de su ADN y otros análisis arrojarán información sobre su tipo de alimentación y su procedencia.
En el patio de esta construcción ya se hallaron los restos de medio centenar de caballos y otros animales, sacrificados en lo que se piensa que fue un acto ritual. Habría sido posteriormente incendiado y sepultado con arcilla.