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'Mein Kampf': el éxito editorial en Alemania de un "tabú roto"

La primera edición se agotó en pocos días en medio del debate sobre la conveniencia o no de publicar la obra que alumbró el nazismo.

La primera edición se agotó en pocos días en medio del debate sobre la conveniencia o no de publicar la obra que alumbró el nazismo.
Presentación del libro en Múnich | Cordon Press

El debate sobre la publicación de Mi Lucha en Alemania lleva abierto desde hace años y se incrementó según se acercaba enero de 2016, momento en que expirarían los derechos de autor en poder del estado de Baviera. La responsabilidad de editar el texto recayó en el Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, que decidió lanzar una edición profusamente comentada, con casi tanto texto como anotaciones -hay más de 2.500 notas-, con el fin de poner en contexto la obra y prevenir que, aun hoy, pudiera conservar para alguien su siniestro poder de atracción.

La reacción del público tras años de prohibición ha sido la que cabía esperar. El Instituto editó 4.000 ejemplares que pronto se quedaron cortos. En poco días la edición se agotó y, antes de la salida de 15.000 ejemplares más, ya había quien ofrecía el libro por casi cuatrocientos euros en Amazon o eBay. Frente al éxito editorial, están las voces en contra, como las de algunos libreros que se niegan a venderlo o a exhibirlo en los escaparates.

El debate ha sido también intenso en la prensa, aunque se ha decantado mayoritariamente por el lado del sí a la publicación en el seno de una sociedad que, setenta años después, es capaz de leerlo desde un punto de vista crítico. Se celebra que se rompa un "tabú" en torno a un libro que estaba en prácticamente cada hogar al final de la II Guerra Mundial (calculan que había repartidos por todo el país más de doce millones de copias) y que se esfumó, como otros muchos signos de simpatías con el nazismo, tras la derrota. El libro sólo había sobrevivido en algunas librerías de viejo en la durísima digestión de los años de la posguerra.

Quizás las voces que más han pesado para decantar de un lado u otro la polémica han sido las de las víctimas: el Consejo Judío de Alemania ha apoyado la nueva edición porque considera que leerlo puede ayudar a comprender nuevos fenómenos de extrema derecha como Pegida y a "combatirlos". La publicación crítica, añaden, puede también ayudar a derribar el "mito" que se ha construido en torno a un libro prohibido hasta ahora y que llega a las librerías acompañado de los hechos que se desencadenaron después. También se han mostrado a favor otras asociaciones de supervivientes a los horrores del nazismo.

Muchos ironizan, además, con la pertinencia de la prohibición hoy en día cuando circulan por la red copias digitales y es un libro accesible en numerosos países. Y recuerdan la dificultad de un texto que puede resultar de un valor inmenso para los historiadores pero cuyo alcance queda lejos del lector medio. En el libro que ahora se publica, en cualquier caso, no hay dudas ni ambigüedades: el máximo responsable de los trabajos, Christian Hartmann, recuerda que la edición está hecha desde el punto de vista de las víctimas porque no resultaba "ético" no tomar postura ante la obra sobre la que se construyó el nazismo.

Con los libros volando de las estanterías y el debate encauzado en un país más pendiente ahora de las políticas con los refugiados, se está sopesando ya la posibilidad de introducirlo en los colegios. El asunto se ha tratado con más cautela, aunque distintos portavoces políticos se han mostrado a favor de comentar fragmentos en clase con la ayuda del profesor.

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