Los investigadores que están analizando los restos de Nicolás II y su familia, asesinados por los bolcheviques en 1918, han decidido exhumar también el cuerpo del padre del último zar, Alejandro III, informa Efe.
Según uno de los forenses, "se ha tomado la decisión de abrir la tumba del zar Alejandro III por iniciativa del Patriarca (Kiril, de la Iglesia Ortodoxa rusa)". "Todo dependerá de las condiciones técnicas. Este trabajo no comenzará al parecer antes de mediados de noviembre", señaló Vladímir Soloviov, investigador del Departamento de Criminología del Comité de Instrucción de Rusia (CIR), a la agencia Interfax.
El CIR, que había cerrado el caso del asesinato de Nicolás II y su familia en 2011, decidió reabrirlo el mes pasado para realizar nuevas pesquisas sobre la autenticidad de los restos, como exigen los descendientes y la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Para ello, los restos de la familia imperial, incluido el zar, que había sido enterrado con todos los honores en 1998 en San Petersburgo, fueron exhumados y se inició el análisis genético de las muestras tomadas, según se informó. "Hemos contactado con especialistas en genética de renombre mundial", dijo Vladímir Markin, portavoz del Comité de Instrucción de Rusia.
Entre las muestras figura también la ropa que llevaba el abuelo de Nicolás II, el emperador Alejandro II, cuando fue asesinado en 1881 en un atentado con bomba.
Reapertura de un caso cerrado
La reapertura del caso se precipitó ante la decisión de enterrar en San Petersburgo al heredero del último emperador ruso, el zarevich Alexéi, y su hermana, la Gran Princesa María, cuyos restos fueron encontrados en 2007 cerca de Yekaterimburgo, en los Urales. Por ello, se decidió exhumar los restos de la familia imperial que ya se encontraban en la Catedral de Pedro y Pablo de San Petersburgo desde 1998.
Tanto los descendientes como la Iglesia Ortodoxa ponen en duda la autenticidad de los restos, aunque Markin insistió en que los investigadores "no tenían y no tienen dudas sobre la pertenencia de todos los restos hallados de la familia imperial y su corte".
El Archivo Estatal, donde se encuentran ahora los restos del heredero de Nicolás II y su hermana, también subrayó que los restos hallados pertenecen a la familia imperial, pero explicó que "por respeto a la Iglesia" se optó por repetir los análisis genéticos.
Otros restos
Los restos atribuidos al zar, su esposa y tres de los hijos fueron exhumados en 1991 y sepultados en la Catedral de San Pedro y San Pablo en 1998, en presencia del entonces presidente ruso, Borís Yeltsin.
Tras el cierre del caso, expertos rusos encontraron en 2007 en un bosque cerca de Yekaterimburgo otros restos óseos que pruebas genéticas realizadas en EEUU confirmaron que pertenecían a Alexéi y María, lo que obligó a reabrir de nuevo la investigación.
En octubre de 2008 el Tribunal Supremo de Rusia rehabilitó a la familia imperial al dictaminar que el zar, su esposa Alejandra y sus cinco hijos -las princesas Olga, Tatiana, María y Anastasía y el heredero de la corona, el zarevich Alexéi- fueron víctimas de la represión política bolchevique.
Nicolás II, su esposa y sus cinco hijos fueron ejecutados por los bolcheviques el 17 de julio de 1918, en medio de la guerra civil que había estallado en Rusia tras la Revolución de Octubre de 1917, en un sótano de la casa Ipátiev de Yekaterimburgo.