El nombre de Marion Booth puede ser desconocido para muchos, pero precisamente para que no se pierda en la historia, esta canadiense de 88 años ha sido galardonada con el premio Bletchley Park por su habilidad para descifrar los mensajes que los buques japoneses se enviaban durante la Segunda Guerra Mundial.
Bletchley Park es el nombre de una instalación militar localizada en Buckinghamshire, Inglaterra en la que se realizaron los trabajos de descifrado de códigos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Marion Booth fue reclutada por el servicio secreto canadiense a los 17 años por su brillante mente. Fue enviada a la Women’s Royal Canadian Naval Service. "Vi a hombres jóvenes cuando estaba todavía en la escuela secundaria que se marcharon con 16, 17 y 18 años. Solíamos ir a la estación para decirles adiós y muchos nunca regresaron. No voy a olvidar eso. Por eso me fui. Tenía que hacer algo o ayudar a hacer algo", aseguró al medio canadiense CTV News.
Su función consistía en descifrar los mensajes enemigos que se enviaban por radios de onda corta y código morse. Lo que escuchó en aquellos intercambios ha quedado guardado en su memoria. Cuando finalizó la contienda, firmó un contrato que le prohibía hablar de sus funciones. Eso sí, prometió guardar el secreto sólo durante 25 años.
Con ese plazo más que cumplido, Marion Booth sigue manteniendo esos años de trabajo con el servicio secreto para ella. Ni el galardón Bletchley Park recién otorgado le ha hecho cambiar de idea. Ni siquiera a sus tres hijos les ha desvelado esas escuchas. Solo habla de forma superficial.
"Creo que los mensajes interceptados se los enviaban buques de guerra japoneses. Yo tenía una máquina de escribir japonesa, y apuntaba todo lo que oía en código morse. Luego lo enviaba para que fuese leído y descodificado por mis superiores", aseguró a los medios locales, según recoge Calgary Herald. Más tarde, trabajó en la división encargada de interceptar las comunicaciones soviéticas.