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'Saw VII 3D': Ay qué miedo, ay qué dolor

La saga Saw llega a su séptima parte en siete años con una nueva entrega de casquería y suspense y una trama de andar por casa que promete conclusiones que nunca llegan. La serie de secuelas del estimable filme original de James Wan –incluyendo la sexta entrega, censurada por nuestro despistado ministerio- ha tenido una inmensa acogida en la taquilla gracias a un público ávido de sensaciones fuertes, convencido de que la serialización del invento llevaba a algún sitio, de que todo se trataba de un calculado plan de unos guionistas que iban sumando piezas de un intenso puzzle que llevaría a conclusiones inimaginables.

Nada de eso se ha venido cumpliendo, y todo huele a improvisación barata en esta desgastada séptima película, organizada en torno a las trampas del heredero de Jigsaw a una falsa víctima del asesino. Lo mejor del invento son sus primeros veinte minutos -con dos hilarantes momentos que salpican de sangre y vísceras la pantalla, y que incluyen a dos amantes despechados encerrados en una urna de cristal junto a su objeto de deseo; y una banda de nazis castigados por su racismo-... con consecuencias sangrientas en todos los casos.

El antaño montador de la saga Kevin Greutert dirige la función creando puntuales subidas de interés gracias a las sádicas maquinaciones del psycho-killer –más hilarantes que traumáticas, debido a los raquíticas caricaturas de personajes a aniquilar- y a ciertos juegos con el montaje cruzado que son tradición de la serie. Pero nada puede hacer con los interludios de diálogo o investigación que le dispensa un memo guión que no sabe si tomarse muy en serio a sí mismo o si no, y mucho menos con unos actores televisivos en su peor momento. La factura final, maquillajes aparte, se asemeja más a la de una torpe serie televisiva sin ningún cuidado por el encuadre o la interpretación y con un cliffhanger final de perogrullo.

Ni las irrelevantes tres dimensiones, ni la promesa de que ésta vez se trataba del capítulo final –les adelanto que en absoluto el desenlace es conclusivo- distinguen la presente de las últimas entregas. Es más de lo mismo, más de lo peor.

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comentarios
1 clavius, día

Jamás entenderé el éxito de esta Cosa. Supongo que sus admiradores considerarán a doña Verónica Moser como la mejor gourmeta de la historia. Una vez ví un cacho: un tío se cortaba su esposada mano con un hacha. Primer plano. Pá que se viera bien. Esta Cosa es peor que despertar una mañana y enterarte de que la Pajín es la única mujer que queda sobre la faz de la Tierra. http://elblogdekufisto.blogspot.com/2010/08/maquina-total-volumen-6.html Saludos.

2 jorgegvr, día

En el año 1984 se rodó la primera de una larga serie de películas, conocida por "pesadilla en Elm Street". ¿Ya nadie se acuerda de Freddy Kruger y su afilado guante con cuchillas?. Por aquella época los cinéfilos y críticos de cine decían lo mismo; no entendían como al público podía atraerles "esa cosa", pero aguanta hasta el 2010. Exitos totales en taquilla. De las más alquiladas en los videoclubs. Ser crítico de cine no conlleva estudios de psicología social, por lo que no se puede pedir que entiendan y comprendan la aceptación de tal tipo de "arte". Llaman arte al cine, y quizás se deba a su capacidad para hacernos soñar. La saga "El señor de los anillos" y otras muchas, producen en nosotros sensaciones que nos elevan, que nos hacen soltar lágrimas, permiten que nuestra imaginación sea nuestro mundo durante un par de horas. Pues bien, siempre hay un "lado oscuro" en todo, y en todos nosotros. Y Freddy Kruger y Jigsaw no fueron creados para hacernos reir y soñar, sino para gritar y tener pesadillas. Aunque sinceramente, la saga "Saw" más que miedo, se ha convertido en un moderno circo romano. No hay más que ver las dos últimas, empleados de financieras, aseguradoras, inmuebles. ¿Quién, al salir de la sala, no se ha imaginado a ese sujeto, ese jefe, ese enchufado, ese sindicalista, ese terrorista, ese político, pasando por el trance de en menos de 5 minutos quitarse la mortífera máscara arranca-mandíbulas?. A quien no le guste, ya sabe, no saque una entrada para esa película. Quien quiera disfrutar por séptima vez de la pesadilla, la venganza, los instintos más primitivos rodeados de diseño y tecnología mortíferos, no te la pierdas.