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Kinski y Herzog, enemigos íntimos

Mi enemigo íntimo es el título del documental presentado en 1999 por el director alemán Werner Herzog, en el que diseccionó su relación personal con el polémico actor Klaus Kinski, fallecido siete años antes. A lo largo de más de quince años ambos colaboraron juntos en cinco películas como Aguirre, la cólera de Dios o Fitzcarraldo, hasta llegar a Cobra verde, en la que se rompió el vínculo artístico entre ambos y también su amistad personal.
 
Mi enemigo íntimo empieza relatando la demencia de Kinski, capaz en sus peores momentos de atemorizar a todo ser humano cercano a su presencia; de abrir una puerta a cabezazos; entrar en ataques de cólera imprevisibles o recibir desnudo al cartero, lo mismo da. Pero también de inesperados arrebatos de ternura o cobardía. Una verdadera fuerza de la naturaleza a la que, dice la leyenda, Herzog no dudó en dirigir mientras le apuntaba desde detrás de la cámara con un rifle para evitar nuevos berrinches. 
 
El cineasta alemán cuenta los inicios de su relación con el genio con gran cuidado por la descripción de los espacios en los que ambos se movieron -ambos compartieron pensión en su juventud de forma casual-, algo esperado en un cineasta telúrico como Herzog. Y aunque no cae en el sensacionalismo, muestra algunas de las broncas que Kinski organizó en plena selva. Atención a ese momento en el que el propio Herzog relata, bastante tranquilo, el momento en el que un indígena del equipo tuvo que cortarse su propia pierna con una sierra tras ser picado por una serpiente venenosa, durante el rodaje de Fitzcarraldo. La reacción de Kinski, ególatra irredento, fue cabrearse porque su café estaba tibio...
 
Lo cierto es que viendo el interesante documental uno se queda con ganas de más. Herzog abre la caja de sus recuerdos pero se guarda en todo momento de incurrir en polémicas, aunque deja bastantes dudas (a propósito, no me cabe duda) acerca de si él mismo es un santo o un calculador arribista de la locura de su amigo. Más bien le interesa retratar de forma fría y a la vez sentimental una amistad compleja e intrincada en la que ambos, de alguna manera, parecían complementarse como las dos caras de una moneda. Aunque cada uno de ellos planease su asesinato mutuo...
 
Vean a Kinski en pleno arrebato. Uno de los pequeños, según Herzog.

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comentarios
1 kufisto, día

La de "Nosferatu" está genial, con Isabelle Adjani. Me gusta mucho. "Aguirre" no está mal, sobre todo Kinski, parece como "ido" toda la película. Y la secuencia final es fantástica.

2 Erbilyos, día

Extraña coincidencia: precisamente estaba escuchando la música de Popol Vuh para Aguirre cuando he visto la entrada de hoy en el blog. He visto todas las películas que hicieron juntos, algunas de ellas muchas veces. Por supuesto, también he visto "Mi enemigo íntimo". La personalidad de Kinski es tan singular y tan excesiva que no es de extrañar que diera pie a una película sobre su persona. Algún día tendré que leer su autobiografía, titulada "Yo necesito amor" (qué cara más dura). Uno de los aspectos más interesantes de la relación entre ambos es que lo mejor de sus respectivas carreras es lo que hicieron juntos. Por otro lado, al compararlo con Kinski, Herzog parece un hombre muy sensato y cabal, pero no lo es. Los rodajes de algunas de sus películas fueron auténticas aventuras, y el carácter singular de su cine indica que no estamos ante un hombre corriente, ni siquiera un artista corriente. De las cinco películas que hicieron juntos, la que he preferido siempre en Aguirre, una historia sobre la febril y delirante ambición de un hombre que va perdiendo la humanidad y la razón a medida que se interna en la selva, haciendo gala de una audacia y de una crueldad que aterrorizan a toda la expedición. La película anda algo escasa de rigor histórico, pero no hay que verla como cine histórico. Tiene un gran poder de fascinación, y yo diría que está lejanamente emparentada con "El corazón de las tinieblas" (la novela) y con "Apocalypse Now" (dicen que influyó en Coppola).

3 Erbilyos, día

Yo también me quedé con ganas de más. Estoy convencido de que la relación entre ambos, y sobre todo el carácter de Kinski, daban para más. Es una lástima que la mayor parte de la carrera cinematográfica de Kinski consistiera en películas alimenticias sin interés artístico. Se le podría haber sacado mucho más partido a este hombre, pero él mismo ponía palos en las ruedas rechazando las ofertas de directores como Fellini o Spielberg para trabajar con ellos. Después de Cobra verde, la última película que hicieron juntos, Herzog ha hecho algunas interesantes, aparte de este documental. Ahora mismo recuerdo títulos como "Grito de piedra", sobre una malsana competición entre dos escaladores en el Cerro Torre de los Andes; Rescue Dawn, con Christian Bale, sobre el cautiverio de un piloto militar americano en Laos; Invencible, una historia sobre un forzudo judío en la Alemania Nazi; Grizzly Man otro documental sobre un chalado que vivía con los osos en Alaska hasta que lo devoraron (casi todo el metraje corresponde a las grabaciones en vídeo hechas por el protagonista; y otro documental sobre la Antártida, titulado Encounters at the End of the World. En fin, ha hecho cosas interesantes, pero en general se percibe una decadencia en su carrera.