¿Por qué el actor Daniel Day-Lewis retorna al cine tras siete años ausente?
El actor Daniel Day-Lewis retorna al mundo del cine en una decisión que ha tenido mucho que ver su hijo Ronan.
Es un actor mitificado en vida, lo que no es corriente. Lo cierto es que el protagonista de "Mi hermosa lavandería" y "Una habitación con vistas", por sólo citar un par de títulos de otros tan memorables, está considerado como uno de los astros cinematográficos más importantes del Séptimo Arte. Esquire, una acreditada publicación norteamericana, lo declaró "el mejor actor de toda la historia del cine". Sin duda una calificación hiperbólica, difícil de probar, pues para otros medios prestigiosos habrá también notables competidores. Más eso en cualquier caso supone que Daniel Day-Lewis es un superdotado intérprete. Por lo cual, su desaparición de la pantalla hace siete años y de toda actividad social, dada a conocer por Variety, la revista más fiable de cuantas sobre el mundo artístico se publican en Hollywood, supuso una sorpresa para cuantos lo admiran en todo el mundo. De igual manera que ahora es noticia de que en el mismo medio se haya publicado su retorno ante las cámaras. Y todo porque en esa decisión ha tenido mucho que ver su hijo Ronan.
La película que marca este regreso al cine de tan alabado, y también excéntrico actor, empezó recientemente a rodarse en Manchester, lleva por título "Anemore" y el guion lo ha escrito mano a mano con su hijo. Cuenta las complicadas relaciones familiares. Posiblemente Daniel Day-Lewis se haya servido de sus propias experiencias. Por ejemplo, la tormentosa que mantuvo con la actriz francesa Isabel Adjani entre 1989 y 1995. Fueron padres de un varón, Gabriel. Pero Daniel nada quiso saber de él: ya cuando ella se quedó embarazada rompieron la relación. Por ese motivo, se entiende. No es cierto como algunos publicaron que se dejaron utilizando el fax. Pero sí lo es que la separación fue abrupta. Cuando Gabriel Kane se hizo mayor su padre comenzó a interesarse por él, quien se ha labrado su vida profesional como modelo y cantante.
Un año más tarde de que Daniel Day-Lewis dejara a Isabel Adjani, rodaba en Estados Unidos "El crisol", cuyo argumento partía de una obra teatral de Arthur Miller. Y es cuando aquel conoció a una hija del premio Nobel, habida durante su matrimonio con la legendaria fotógrafa Inge Morath, la guionista y directora Rebecca Miller. Entre ésta y Daniel surgió un romance intenso que acabó en boda en 1996. Tuvieron dos hijos, Ronan y Cashel, residiendo en los últimos tiempos en una granja del condado irlandés de Wicklow.
Daniel Day-Lewis nació en Kensington, barrio londinense, el 29 de abril de 1957. Su padre era poeta, su madre, actriz. Su formación actoral procede de su entrada en una escuela y compañía teatral muy prestigiosa en Inglaterra, fundada por el eminente Laurence Olivier, la Old Vic. Pero fue en el cine donde Daniel desarrollaría su carrera. Su éxito inicial fue "Mi pie izquierdo", en 1989, que le permitió ganar el primero de sus tres Óscar "al mejor actor protagonista". Es el único que tiene tres de esas estatuillas doradas, porque su competidor en tales lides, Jack Nicholson, también obtuvo tres, sólo que uno de ellos fue como "mejor actor de reparto". Una de las rarezas que se le atribuyen a Day-Lewis es que estuvo dos años en paro, porque así lo quiso, tras aquella filmación, en la que representó a un pintor irlandés llamado Christhy Brown, que padecía parálisis cerebral.
La segunda película que Daniel rodó, ganando otro Óscar, fue "Pozos de ambición" en 2007, siendo "Lincoln", en 2012, la tercera que le sirvió para su último Óscar. Allí, estupendamente caracterizado, dio vida a la del presidente de los Estados Unidos.
La filmografía del gran actor tiene otros títulos, aparte de los mencionados, que lo sitúan como un virtuoso de la pantalla: "La edad de la inocencia", "En el nombre del padre", "Gans of New York", que es donde su director, Martin Scorsese le pidió ser un matarife, hasta llegar a "El hilo invisible", año 2017, que es cuando adujo estar cansado y anunció su retirada. Esa última película nos mostró a un Daniel Day-Lewis en el Londres de la postguerra, ejerciendo de modista de Alta Costura. Muchos creen que fue una de sus mejores interpretaciones.
Y entonces, retirado, cuando su vida había transcurrido entre Gran Bretaña y los Estados Unidos, decidió regresar a sus lares, en Irlanda, al pueblo perteneciente al condado de Wicklow, que es donde prácticamente ha residido con su mujer y sus hijos en los últimos años. Su carácter, varía. A decir de sus convecinos, gente sencilla, del campo, es todo un caballero, encantador, que habla con ellos cuando acude al bar de siempre a tomarse unas pintas. Hay los que sobre todo lo han conocido en los platós cinematográficos que más bien lo tienen equiparado con un tipo poco comunicativo y algo raro. La salud le pasó factura durante esos siete años en los que estuvo desaparecido para las gentes del cine, y unos reporteros lo captaron con sus cámaras paseando por las calles de Nueva York con la ayuda de dos muletas.
Ahora ha emprendido con su primogénito una nueva aventura ante las cámaras. Confiemos que su talento extraordinario vuelva a demostrarlo cuando el año próximo se estrene esa película de su reaparición.
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