El jurado internacional de la Berlinale, el festival que vio nacer a Carla Simón, otorgó hoy su máximo galardón, el Oso de Oro, al segundo largometraje de la cineasta española, cinco años después de distinguir su filme debut Estiu 1993 (Verano 1993) con el premio a la mejor ópera prima. Al recoger su galardón durante la gala de entrega de premios de la 72 edición del festival, la realizadora afirmó que la Berlinale, donde cada vez que acude "ocurre algo especial", es su "hogar del cine" y que se considera hija de este lugar".
La admiración es mutua: en enero pasado, el director artístico del festival, Carlo Chatrian, anunciaba el regreso de la cineasta al festival "con la largamente esperada Alcarràs" y recordó la participación previa de Simón en la Berlinale. El filme Estiu 1993, que se proyectó dentro de la sección Generation dedicada al cine infantil y juvenil en la 67 edición de la Berlinale, "fue uno de los grandes éxitos del festival" y Simón "nos dejó fascinados con su joven protagonista", recordó Chatrian.
Durante la rueda de prensa posterior a la entrega de premios, la cineasta afirmó sentir "mucho orgullo" por el hecho de que gente de todo el mundo pueda empatizar de esta manera con una historia "tan local" y que empezó porque sus tíos cultivan melocotones en Alcarràs. Por otro lado, agregó, es normal, porque todos tenemos una familia y la agricultura existe en todo el mundo, es decir, la película toca temas que son universales.
El jurado de la Berlinale, presidido por el director indio-estadounidense M. Night Shyamalan, valoró en Alcarràs la "extraordinaria capacidad" interpretativa de los actores, a los que Simón reclutó entre fiestas populares de la región donde se desarrolla. Y también la capacidad de combinar "ternura y comedia" alrededor de esa familia que, de pronto, debe recoger su última cosecha, ya que los árboles de las tierras que cultivaron durante décadas serán sustituidos por campos de placas solares fotovoltaicas.
En su discurso durante la gala de premios, la cineasta dedicó el premio a "las pequeñas familias de agricultores que cultivan la tierra cada día para que esta fruta llegue a nuestros platos". Dio las gracias a su equipo, al "maravilloso" elenco de actores no profesionales que "dieron y pusieron su alma" en esta película, y a su familia, que cultiva melocotones, y que le ha servido de inspiración.