Menú

Crítica: 'De amor y monstruos', la película con Dylan O'Brien que arrasa en Netflix

De amor y monstruos es una película de aventuras familiar estrenada en Netflix que funciona sorprendentemente bien.

De amor y monstruos es una película de aventuras familiar estrenada en Netflix que funciona sorprendentemente bien.
De amor y monstruos | Netflix

Pese a su horrible título español, De amor y monstruos funciona por encima incluso de sus propias posibilidades. La película de Paramount, que en España se ha estrenado directamente en Netflix debido a las consecuencias de la pandemia, ofrece unos efectos visuales de altura y, sobre todo, una candidez indudable que la sitúa por encima del mero derivado de Bienvenidos a Zombieland o The Walking Dead.

Dylan O’Bryen (El corredor del laberinto) y Jessica Henwick (Iron Fist) son los protagonistas de una película de aventuras de espíritu juvenil y apocalíptico, solo que sorprendentemente bien llevada hacia un terreno más bien inspirador. El primero es un joven "nerd" que decide lanzarse al peligro buscando a su novia en un mundo arrasado por un Apocalipsis nuclear que ha convertido a los insectos en monstruos gigantes. Pese al comienzo en voz en off, una referencia directa a Zombieland, en la película de Matthews no hay asomo de cinismo y la cosa mejora precisamente cuando entran en juego otros elementos narrativos más convencionales.

El gran mérito de la película es convertir su sobada propuesta en un mero trampolín para un relato simbólico de búsqueda y maduración humana. De amor y monstruos representa situaciones y comportamientos básicos, como tantas otras ficciones de supervivencia, solo que dejando atrás (o más bien fuera de plano) la dureza asociada a este tipo de relatos y apostando por un tono familiar donde la comedia y las "set pieces" de persecución se alternan adecuadamente, y donde el componente humano encuentra también su lugar. No faltan salidas de tono, como algún retazo existencial adecuadamente rebajado (el episodio del robot, de nuevo muy bien llevado), pero incluso aquí la película fluye por encima de sus limitaciones.

Matthews se divierte con los escenarios tenebrosos y arrasados, y desde luego con las criaturas, que aparecen en su justa medida (el presupuesto de 30 millones, holgado pero justo, no daba para más). Todas las criaturas están estupendamente diseñadas y plasmadas en pantalla, y de hecho existen momentos e ideas visuales perfectamente defendibles. Pero el acento de la película está en la candidez del romance juvenil y la maduración del personaje masculino, al que Lerman aporta (al menos, en su versión original) notables dosis de encanto, y Henwick una suficiente personalidad pese a la escasez de minutos de los que dispone. Pese a sus bien asumidas limitaciones, estamos ante un filme que logra todo lo que se propone y, de hecho, consigue fluir y elevarse por encima de sus pretensiones.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Biblia Ilustrada
    • Libro
    • Curso