El Oscar a la Mejor Película ya no lo gana la más votada. En 2009 se cambió el reglamento interno que rige la forma en la que la Academia de Hollywood elige cuál es la vencedora de una gala tras la que hay en juego cientos de millones de dólares.
Aquel 2009 se introdujo el sistema de votación preferencial pero sólo en la máxima categoría, en la de película. Las demás siguieron como hasta entonces, cada académico elegía qué actor, actriz, montador... era el que quería que subiera a recoger la deseada estatuilla. El que tuviera más votos, voilà. Pero para película a partir de ese año se complicó un poco.
Desde entonces los miembros de la Academia votan de forma preferencial, es decir, tienen que enumerar en orden de preferencia su película ganadora. Si una de las películas obtiene la mayoría absoluta ya hay ganador. Pero siendo 9 los títulos que competían este año es misión casi imposible. En caso de no producirse, los encargados del recuento eliminan la película menos votada en primer lugar y esas papeletas se reparten entre las demás en función de la película que figure en segunda posición. Y así hasta que haya una película con la mitad más uno de los votos.
Esto es lo que provoca que en los últimos años sea muy habitual que los premios de Mejor Película y Mejor Director no coincidan: Argo y La vida de Pi en 2013, 12 años de esclavitud y Gravity en 2014, Spotlight y El renacido en 2016, Moonlight y La La Land en 2017, Green book y Roma en 2018.
De hecho, 2017 sirve de clarísimo ejemplo. Aquel año todo hacía pensar que La La Land arrasaría en los Oscar. No había nadie al que no le hubiera gustado esa película. Sin embargo, fue Moonlight, una película independiente sin un gran estudio detrás, la que ganó. Con lío incluido a la hora de leer la papeleta. ¿Fue Moonlight la más votada? Seguramente, no. Pero aquel 2017 no sólo estaba Moonlight como película pequeña, también competían cintas como Comanchería y Lion. Es previsible que quien elige una película de ese tipo como primera opción ponga una similar en segunda posición.
Este año se da la extraña circunstancia de que Parásitos no sólo ha ganado el premio de Mejor Película sino también el de Mejor Película Internacional, y eso sí que es más raro. Por ejemplo, en 2019 Roma ganó el galardón de internacional (fue la última vez que se llamó de habla no inglesa) pero no el de Película. Con este sistema de votación se buscaba que la ganadora fuera una película de consenso. ¿Lo habrán conseguido con la coreana Parásitos?