Andrés Amorós ha escrito un libro para todos aquellos que aman el cine y aman la música. En Tócala otra vez, Sam (Fórcula ediciones) recoge cómo desde el nacimiento del cine sonoro –y ya en el cine mudo, con el acompañamiento musical en las proyecciones–, la música fue un grandísimo aliado de la imagen. Incluso hay directores de cine que también son compositores, como Charles Chaplin o Clint Eastwood.
En este volumen, el autor recoge algunas de las mejores anécdotas del séptimo arte. Muchos creerán que este "Tócala otra vez, Sam" que da nombre al libro es en referencia a Casablanca. Sin embargo, curiosamente, esta frase nunca se dice en la cinta. El título del libro hace referencia al título de una película de Woody Allen que se tradujo en España como Sueños de seductor.
Para rodar Casablanca, se pensó primero en William Wyler pero se optó finalmente por Michael Curtiz. Para protagonista se tuvo en cuenta a Ronald Reagan, el que fuera después presidente de los Estados Unidos. Cabrera Infante, gran especialista en cine, dijo que "se consoló de no hacer Casablanca con la Casa Blanca". Pensaron que la actriz debía ser estadounidense y con un físico opulento, aunque la elegida fue la maravillosa actriz sueca Ingrid Bergman, que no encaja demasiado con ese perfil.
Amorós cuenta que mientras se rodaba esta película no se sabía cuál iba a ser su final. Bergman recuerda que, cuando se acercaba el final, preguntó "¿A cuál quiero?".
Otro de los rodajes que recoge Amorós es el de Con faldas y a lo loco, con la divertida canción "I wanna be loved by you" interpretada por Marilyn Monroe. Era de Helen Kane (1928), una cantante que sirvió de modelo para Betty Boop.
Otra cinta que convirtió a Marilyn en el mito que es hoy fue La tentación vive arriba, que contó con la famosa escena de la falda y la rejilla. Pensaron en rodarla en plena calle pero fue imposible por los miles de curiosos que atraía. Dicen que todos los técnicos se peleaban por estar debajo de esa rejilla. Cabrera Infante la definió como: "Afrodita urbana, idéntica a la reconstrucción ideal que hace Botticelli del nacimiento de Venus en mar Egeo".
Marilyn solía llegar horas tarde y sin saberse el guión. Le preguntaron a Billy Wilder que por qué aguantaba eso y contestó: "Tengo una vieja tía, en Viena, que estaría en el plató cada mañana a las 6 y sería capaz de recitar los diálogos incluso del revés, pero, ¿quién querría verla? Además, mientras esperábamos a Marilyn, no perdíamos totalmente el tiempo. Sin ir más lejos, yo tuve la oportunidad de leer Guerra y paz y Los miserables.
Una de las mejores comedias de la historia del cine es El hombre tranquilo (1952), de John Ford. No sería igual sin la canción "La isla de Innesfree" una de las más hermosas baladas románticas. Ford era un viejo cascarrabias pero tenía gran nostalgia de su tierra y eso es lo que cuenta en esta cinta, la Irlanda soñada desde Estados Unidos. Decidió que el personaje interpretado por Maureen O’Hara se llamara Mary (como su mujer) y Kate (como Hepburn).
Y si hay una película que ejemplifica la alegría de bailar esa es Cantando bajo la lluvia. Comienza con una canción muy divertida, "Good morning" (1939) cantada por Donald O’Connor. Debbie Reynolds sufrió tanto que dijo: "Bailar eso y parir, era lo más duro". Para la famosa escena de "Singing in the rain" hubo que superar algunos problemas técnicos pues, por ejemplo, la lluvia no se captaba demasiado bien por las cámaras. Por eso, mezclaron el agua con leche. Además, Gene Kelly la rodó enfermo, con 39 de fiebre.