Aparecía hace pocas semanas a través de televisión, y después en las publicaciones semanales, desfilando con un espectacular vestido blanco, confeccionado a base de volantes y plumas, diseño de Valentino. Que complementaba con una tiara de diamantes de tres pisos. Es bien cierto que quien mostraba esa llamativa figura, la actriz Joan Collins, no fue quien más destacó en esa gala plena de "glamour" y no pocos excesos en sus ropajes, pues Lady Gaga acaparó el mayor interés seguida por otras estrellas del espectáculo. Eso ocurría en la denominada Gala Camp del MET, en Nueva York. Lo que sí queremos exponer en el caso de Joan Collins es que era quizás la más veterana de cuantas se lucieron en la alfombra roja, con ochenta y cinco años, a punto de celebrar los ochenta y seis, lo que sucede este jueves 23 de mayo. Más sorprendente en su caso es que se conserve tan bien a tan elevada edad, dejando por sentado que lleva décadas sometida a periódicos estiramientos de cara y visitas a "talleres de restauración" (léase clínicas de cirugía estética).
No descubro absolutamente nada diciendo que cualquier mujer de constante vida social como ella recurra a toda clase de tratamientos, pócimas, ungüentos varios y hasta operaciones, para lucir más y mejor. Y encima tratándose de una actriz del cine y la televisión que, alargando desde luego su carrera, haya procurado siempre interpretar papeles en los que no quedara oculta o malformada su belleza. Y he aquí la noticia acerca de su última película; en realidad un cortometraje titulado Gerry, en el que aborda el personaje de Hilda, viuda a la que sus más cercanos envían a una residencia de ancianos dado su estado. No le importó a Joan Collins, por la exigencia del guión, someterse a una prolongada sesión diaria de maquillaje...¡para parecer mucho más vieja de lo que es en realidad! Y así se la ha visto en imágenes notablemente añosa, con arrugas que ella venía disimulando con sus afeites, y la piel supuestamente fláccida. Sacrificio, insistimos, soportado por la actriz, caracterizada de señora muy mayor y sin el menos atractivo. Todo sea por la gloria de un papel, sin importarle que haya espectadores que se confundan, creyendo que ella, la vampiresa de otro tiempo Joan Collins, tiene aspecto casi de bruja también en la vida real.
Nacida en Londres, hija de un agente teatral, hermana de la escritora Jackie Collins, reside en los Estados Unidos desde 1955. Ha intervenido en sesenta películas y en quince obras teatrales. También publicó varios libros, entre ellos sus memorias, que alcanzaron amplia difusión. Lo que la convirtió en una actriz de relevancia internacional fue la serie televisiva "Dinastía", en la que durante los años 1981 a 1989 aparecía como la malvada Alexis Carrington. Larga es la lista de romances sostenidos con galanes tan reconocidos como Gregory Peck, Richard Burton, Paul Newman, Robert Mitchum... Por no contarles asimismo que se ha casado en cinco ocasiones. A partir de 1952 y hasta 1957 con Maxwell Reed. Después, entre 1963 y 1971 con Anthony Newley, con quien tuvo una hija y un chico. También le nació una hija de su matrimonio en 1972 con Ronald S. Kass, del que se divorció en 1984 para casarse un año después con Peter Holm, el más conocido de sus maridos. El ultimo de sus esposos, con el que por el momento continúa casada es Percy Gibson: se desposó en 2002.
Conocí a Joan Collins, en un breve encuentro, en el Royal Akbert Hall londinense, y me pareció una mujer fascinante en su porte, afable en el trato. Volví a verla, ya conversando un rato, en Palma de Mallorca, adonde acudió para promover una marca de cervezas centroeuropea, al lado de su entonces tercer marido. Y seguí pensando igual: que era una preciosa dama, llena de encanto, muy sonriente. No me resulta extraño que haya conquistado a un buen número de varones. Despierta sensualidad. Y es muy trabajadora. A su edad, bien porque no interese a la industria del espectáculo o porque llega el momento de la jubilación, sus coetáneas hace ya tiempo que no se dejan ver en fiestas y viven de los recuerdos del pasado. No ocurre ello con Joan Collins, tan activa, que ha formado parte del reparto de la serie televisiva The Royals y continúa en la quinta temporada de American Horror Story. No nos extrañaría que llegara a centenaria y terminara desfilando en la fiesta de los Óscar.