Hay un momento en el que somos felices sin más. De hecho, ni nos planteamos sin somos felices, lo somos. Es ese momento adolescente tardío cuando se está terminando la universidad. Puede ser que tengamos un trabajo por la tarde, pero estamos repletos de sueños. El problema comienza cuando la frustración empieza a derribar torres que habíamos construido para mirar el mundo desde arriba, como puede ser la azotea a la que subían borrachos y eufóricos los personajes de la nueva película de Jota Linares, ¿A quién te llevarías a una isla desierta?
Tras 8 años compartiendo piso en el que habían creado su propio universo, cuatro amigos tendrán que enfrentarse a la vida real y tomar decisiones que determinarán en gran modo su vida. Una buena película con un buen guión y cuatro actores con grandísimas interpretaciones: Jaime Lorente, María Pedraza, Andrea Ros y Pol Monen.
La Sección Oficial a Concurso la cerraba Sordo, de Alfonso Cortés-Cavanillas. La película trata sobre un grupo de guerrilleros que se ve sorprendido mientras trata de realizar una acción de sabotaje dentro de la llamada Operación Reconquista. El Ejército perseguirá a los maquis consiguiendo detener al jefe del comando, Vicente Roig (Hugo Silva). Su mano derecha, Anselmo Rojas (Asier Etxeandia), ha quedado sordo como resultado de la explosión que preparaban para volar un puente y que salió mal.
El trabajo de sonido de la película es espectacular, la fotografía simplemente preciosa y las actuaciones de los actores no hay calificativos. Tanto Asier como Hugo dan una lección de buen hacer. ¿Cuál es el problema? El guión. En primer lugar porque la huída del maqui que se ha quedado sordo está mal contada, el ejército lo podría haber detenido muchas veces, pero claro, entonces no habría película. En segundo lugar el maniqueísmo con el que el cine español suele tratar la guerra civil. Unos son malísimos hasta la caricatura, otros son unos santos. ¿Adivinan cuál de cada bando?